

La logística marítima global se encuentra nuevamente en el centro de las preocupaciones. A pesar de los informes de prensa sobre un acuerdo comercial definitivo entre Estados Unidos y China, no hay nada firmado y la sustancia de lo acordado es aún desconocida. Lars Jensen, analista de la industria marítima, sugiere que el anuncio parece corresponder más a un marco para continuar negociando bajo las actuales condiciones de “tregua”. Las condiciones actuales implican aranceles en EE.UU. del 55% sobre productos chinos, resultantes del 30% de nuevos aranceles aplicados en abril y el 25% impuesto durante el primer gobierno. Jensen indica que, incluso con esta información, no está claro el significado detallado de estas cifras, sugiriendo que "no parece ser un acuerdo comercial real".
La incertidumbre persiste y se suma a la mezcla de factores que ya abruman a la industria. Simon Heaney, analista de Drewry, señaló que la errática política comercial ha interrumpido los ciclos tradicionales de planificación y ha socavado la fiabilidad de las previsiones. Las perspectivas de Drewry para el desempeño portuario global para 2025, que inicialmente se rebajaron a -1,0% en abril, mejoraron a +1,9% tras la "tregua comercial". Datos de mayo para Norteamérica sugieren una mejora por el aumento de la demanda debido a la tregua arancelaria, mientras los recortes de capacidad de las navieras impulsaron las tarifas spot en las rutas China-EE.UU.
La saturación de embarques atrasados en puertos clave como China y Singapur ha aumentado los tiempos de recalada, contribuyendo a la escasez de capacidad de buques y contenedores. Un informe de Linerlytica mostró un nivel récord de producción de nuevos contenedores en China, lo que podría aliviar la escasez, aunque el impacto de las cancelaciones de itinerarios (blank sailings) aún está por manifestarse plenamente.
La principal disrupción en la industria marítima sigue siendo en el Mar Rojo, donde el cierre del tránsito por ataques de los rebeldes hutíes obliga a los buques de la ruta Asia-Europa a pasar por el Cabo de Buena Esperanza, absorbiendo ingentes cantidades de capacidad. Aunque hubo un sondeo de CMA CGM para reponer servicios y el Canal de Suez redujo sus tarifas tras un alto al fuego en mayo, estos factores han incidido poco en la reanudación de la navegación en la zona.
Según Lloyd’s List, en mayo hubo 971 pasos de buques de carga de más de 10.000 dwt a través de Bab el Mandeb (65,5 millones dwt) y 891 tránsitos por el Canal de Suez (67,9 millones dwt). Estas cifras están dentro del rango de la "nueva normalidad" y son un 60% más bajas que los niveles previos a los ataques hutíes, sin que se aprecie un retorno gradual a la vía.
Para complicar el escenario, la United Kingdom Maritime Trade Operations (UKMTO) emitió un aviso sobre un aumento de las tensiones en torno al Estrecho de Ormuz, lo que podría conducir a una escalada de actividades militares con impacto directo en el comercio marítimo en el estrecho, el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán.
Redacción por DataPortuaria
Fuente: Mundo Maritimo