

Detrás de cada pieza de sushi que sale de la cocina de Naoki hay una historia de amor por la gastronomía, de viajes, aprendizajes y mucha innovación. Luciano y Sol, pareja y socios, están al frente de este emprendimiento que comenzó en La Plata, se reinventó en Necochea y hoy sueña con llevar su producto estrella —el Pancho Sushi— por toda la costa argentina.
“Asistimos a una capacitación de Caproq Impulsa sobre el valor de las ideas, y eso nos impulsó a dar este paso. Hoy el Pancho Sushi está en la boca de todos”.
El origen de Naoki se remonta a los tiempos previos a la pandemia, cuando Luciano ya elaboraba sushi en La Plata. Durante el confinamiento, el delivery se volvió clave para el crecimiento. Con esfuerzo, permisos y mucho trabajo, lograron posicionar su propuesta, tanto que una reconocida empresa del rubro se interesó en su negocio.
“Ese fue nuestro primer local vendido. Capacité al nuevo equipo, les di mi receta y ellos siguen funcionando allá. Con esa ganancia, decidimos invertir en Necochea con una nueva sede de Naoki Sushi”, cuenta Luciano.
Este último verano fue bisagra para el emprendimiento. Abrieron un segundo punto de venta estacional y lanzaron un producto inesperado que conquistó paladares y redes: el Pancho Sushi.
“Surgió un día, después del servicio, cuando preparamos un roll caliente y lo rellenamos como un pancho. Nos fascinó. Y a la gente también”, explican.
La respuesta fue tan positiva que no solo lo incorporaron como producto regular, sino que además decidieron patentar la marca Pancho Sushi, convencidos de su potencial comercial.
“Para mí tiene que estar en toda la costa, y por qué no, en todo el país”.
Naoki no busca imitar al sushi tradicional. Su enfoque es más callejero, urbano, accesible. “Apuntamos a la comida rápida con estética asiática, sin resignar calidad. Queremos ofrecer un buen producto a un precio justo”, explican. La apuesta es fuerte, pero la base está clara: creatividad, insumos de calidad y una identidad bien definida.
“Vendemos un producto con mucho color, textura y estética. La gente también compra con los ojos. Y el sushi, si está bien presentado, impacta”, señalan.
Además de su crecimiento local, ya comercializan en Lobería y San Cayetano, donde tienen vínculos familiares que funcionan como base para la distribución. Utilizan redes sociales y envíos privados para llegar a más personas, siempre cuidando la presentación y el vínculo con sus clientes.
“Nuestros mayores apoyos han sido los proveedores. Como emprendedores tenemos altos y bajos, y ellos siempre están”.
El futuro de Naoki está en expansión. Ven el Pancho Sushi como una marca con identidad propia, con posibilidad de replicarse en distintos puntos del país. No es solo un producto, es una forma de reinterpretar la gastronomía con sello personal.
“Quien quiera emprender en este rubro, tiene que hacerlo con amor y respeto. Estamos dando de comer. Y eso no es menor”.