

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) publicó la Resolución 80/2025, que establece nuevas regulaciones para la trazabilidad y prescripción de determinados productos veterinarios farmacológicos que se utilizan en la producción de animales destinados a la industria agroalimentaria.
Por ello, la resolución responde a la necesidad de adecuar la normativa a los requisitos internacionales, particularmente para la exportación de productos agroalimentarios de origen animal. De acuerdo con la fuente oficial, la medida tiene como objetivo reducir los riesgos asociados al uso de antimicrobianos, promoviendo prácticas responsables tanto en la sanidad animal como en la seguridad alimentaria global.
La resolución establece que todas las personas o empresas que participen en la importación, elaboración, fraccionamiento, comercialización o exportación de estos productos deben incorporarse al Sistema de Trazabilidad creado por SENASA. La obligación de este registro se deberá cumplir dentro de los 30 días corridos desde la entrada en vigencia de la norma, lo que implica un desafío importante para las empresas, que deberán ajustar sus operaciones y sistemas de control en tiempo récord.
Esta medida se aplica a los productos veterinarios que contengan derivados de fosfomicina y polimixina B, sustancias que, aunque poco utilizadas en la industria, son fundamentales para el tratamiento de ciertas infecciones en animales productores de alimentos.
La Resolución 80/2025 es un paso decisivo para garantizar la inocuidad alimentaria y la competitividad de las exportaciones agroalimentarias argentinas. El SENASA exige que los productos veterinarios que contengan fosfomicina y polimixina B sean identificados y trazados dentro del Sistema de Trazabilidad de Productos Fitosanitarios y Veterinarios, que fue implementado en 2013. Esta medida busca asegurar que los productos utilizados en la producción de alimentos, como carnes, huevos o leche, cumplan con los más altos estándares sanitarios, facilitando la trazabilidad en todo el proceso desde la fabricación hasta la comercialización. Esto asegura la seguridad de los productos alimenticios que llegan a los mercados internacionales.
La resolución también regula la prescripción de estos productos a través de una nueva modalidad de “Receta Veterinaria Electrónica”, que entrará en vigor el 17 de marzo de 2025. Los profesionales veterinarios deberán utilizar este sistema para prescribir productos que contengan derivados de fosfomicina y polimixina B, asegurando un seguimiento riguroso de su uso y reduciendo los riesgos asociados con la resistencia a los antimicrobianos. Esta receta electrónica se emitirá únicamente a través del sistema desarrollado por el SENASA, lo que representará un avance hacia la digitalización y modernización de la sanidad animal en el país.
Las empresas que comercializan productos veterinarios farmacológicos deberán adaptarse a estos cambios rápidamente. En caso contrario, de acuerdo con la resolución, las que no cumplan con los plazos establecidos estarán sujetas a sanciones. Además, todos los productos que aún no hayan sido reacondicionados deberán ser comercializados con la entrega de una declaración jurada de conocimiento de las restricciones de uso de estos productos.
Las modificaciones en el etiquetado, la publicidad y el embalaje de los productos veterinarios también están contempladas en la resolución. Todos los productos destinados a animales productores de alimentos para consumo humano deberán incluir una leyenda que indique que no deben administrarse a animales cuyas producciones sean exportadas a la Unión Europea o a países con requisitos equivalentes. Esta medida responde a las crecientes exigencias de los mercados internacionales, que demandan productos inocuos, con trazabilidad garantizada y que protejan tanto la salud humana como la animal.
La resolución responde a la necesidad de adecuar la normativa a los requisitos internacionales, particularmente para la exportación de productos agroalimentarios de origen animal (Foto: Shutterstock)
El cumplimiento de estas nuevas regulaciones permitirá a las empresas argentinas garantizar el acceso de sus productos a mercados internacionales de alta exigencia. La incorporación de la trazabilidad electrónica y la digitalización del sistema de recetas veterinarias representan un avance significativo en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, un problema de salud pública que afecta tanto a los animales como a los seres humanos.
Además, el SENASA ha tomado medidas complementarias, como la ampliación del plazo para la adecuación de los productos ya comercializados, que ahora contarán con una prórroga de 180 días para adecuar sus condiciones de venta y registro. Estas acciones fortalecen el marco normativo en Argentina, alineándose con las políticas internacionales para garantizar una producción agroalimentaria responsable y segura.
Para las empresas y profesionales del sector, esta es una oportunidad para actualizar sus procedimientos y alinearse con las mejores prácticas internacionales, lo que no solo protegerá la salud pública y animal, sino que también abrirá las puertas a nuevas oportunidades de comercio en mercados cada vez más exigentes.