Este domingo, en medio de la guerra en Ucrania, Rusia celebró el Día de su Armada, la cual fue fundada por Pedro el Grande en octubre de 1696, quien explicó que “un gobernante que tiene un ejército tienen una mano, pero el que tiene una armada tiene ambas”.
La actual flota rusa se formó en 1991, tras la caída de la Unión Soviética y posee la mayoría de las fuerzas navales de la Armada Soviética.
En el marco de las celebraciones, el presidente Vladimir Putin firmó una nueva doctrina naval que establece los amplios objetivos estratégicos de la Armada, incluidas sus ambiciones como una “gran potencia marítima” que se extiende por todo el mundo.
En este sentido, el documento explicó que “guiada por esta doctrina, la Federación Rusa defenderá con firmeza y resolución sus intereses nacionales en los océanos del mundo, y tener suficiente poder marítimo garantizará su seguridad y protección”.
Uno de los puntos más fuertes de la doctrina es que definió que la principal amenaza para Rusia es “la política estratégica de EE. UU. de dominar los océanos del mundo” y el movimiento de la alianza militar de la OTAN más cerca de sus fronteras.
Por otra parte, se destacan objetivos como desarrollar una cooperación estratégica y naval con India y buscar una cooperación más amplia con Irán, Irak, Arabia Saudita y otros estados de la región. La doctrina también establece al océano Ártico como un área de particular importancia para el país.
Actualmente, Rusia posee una costa con una extensión de 37.650 km, que va desde el mar de Japón hasta el mar Blanco y también incluye el mar Negro y el mar Caspio.
