No hay dudas de que el Reino Unido continúa siendo uno de los países más poderosos de la Tierra. Además de ser la quinta economía mundial, posee armas nucleares y un asiento permanente con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, pese a su poderío, la pandemia del coronavirus y la guerra entre Rusia y Ucrania también han impactado duramente en este país, que actualmente enfrenta la inflación más alta en 40 años. A esto se suma la reciente renuncia de su primer ministro Boris Johnson, generando una importante crisis política, y una posible independencia escocesa.
En diálogo con Data Portuaria, Victoria Rinaldi, analista internacional, explica cuál es la situación actual del Reino Unido y cómo se encuentra el vínculo bilateral con la Argentina.
¿Cuál es la situación actual de la economía británica?
Históricamente, si bien durante el Siglo XX la economía británica ha pasado por momentos de extrema dificultad para grandes sectores de la población, la actual situación tiene características específicas que posibilitan suponerla como inédita para los británicos. A partir del costo del combustible, se dieron aumentos significativos en los precios de venta al consumidor de bienes y servicios relacionados a las actividades de transporte de cargas. El porcentaje de inflación analizado puede alcanzar el 11%, y la libra ha tenido una notable caída del valor en relación al Dólar estadounidense.
A esto se suman las consecuencias económicas del conflicto ruso-ucraniano, que implican volatilidad en precios de las commodities e imposibilitan el normal abastecimiento de bienes y servicios, generando incertidumbre y restricciones en el consumo e inversión, tanto de hogares como de empresas. Finalmente, debe señalarse que el FMI recientemente concluyó que la economía británica se encuentra más susceptible a un ciclo de recesión económica que otros países de Occidente. Por lo que el estado de situación actual de la economía británica puede llegar a calificarse al menos como preocupante.
¿Cuál ha sido el impacto del Brexit en esto?
Hoy en día es difícil distinguir las consecuencias directas del Brexit, ya que las mismas se entrelazan con los efectos de la pandemia y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Pero pueden señalarse puntos específicos. El Brexit ha generado cierto grado de aumento inflacionario, el cual se buscó contener con un aumento significativo en las tasas de interés. A su vez, el mercado laboral se vió afectado de dos formas. Por un lado, se redujo el número de trabajadores extranjeros en el Reino Unido debido a cuestiones migratorias, por el otro, los trabajadores calificados entendieron el momento como una oportunidad para lograr una mayor remuneración por la prestación de sus servicios profesionales.
Como cuestión colateral, se redujo sensiblemente el volumen de operaciones comerciales de exportación ya que, con esta decisión, se restringió la participación británica en algunos mercados de sustancial importancia comercial dentro del continente europeo. Todas estas situaciones atentan contra la productividad del trabajo británico.
¿La salida de Johnson podría aliviar la crisis?
Mi lectura de la situación me hace suponer que finalización de la gestión como Primer Ministro de Boris Johnson no resuelve la cuestión en un corto plazo, porque la misma se encuentra afectada por algunas variables económicas externas que no pueden regularse o mínimamente perfilarse por su gestión política.
Quien asuma en condición de nuevo PM tendrá inevitablemente que lidiar con una economía severamente afectada por cuestiones de índole interna que han generado un alto grado de descontento entre la población por propias decisiones políticas y por cuestiones de índole externa que como ya se señaló, parecerían encontrarse por fuera de la posible incidencia de la política británica orientada en ese sentido.
La cuestión política no va a corregir en lo inmediato la exposición a un alto grado de inflación que hace incide en los ingresos de la mayoría de los trabajadores británicos, que se encuentran sorprendidos por tener que soportar desabastecimientos de mercaderías, inconvenientes en el transporte de cargas y aumento sistemáticos en los precios de los bienes y servicios de primera necesidad.
¿Cómo impactaría en el Reino Unido la independencia de Escocia económicamente hablando?
Considero que la cuestión de la Independencia de Escocia tiene más significación política que económica. Todos los impedimentos que el Johnson expuso buscando impedir esa posibilidad respondían más a cuestiones políticas y a intentar neutralizar la situación a la que el SNP expuso y continúa exponiendo.
La incidencia de la economía escocesa en la británica apenas alcanza al 8%, por lo que puede señalarse que no alcanza un valor realmente significativo. Lo que posiblememnte haga la diferencia una vez que Escocia puede tomar sus propias decisiones es que cuenta con una gran variedad y cantidad de recursos naturales, teniendo a su vez el uso y desarrollo de energías renovables. Eventualmente, la economía británica puede, por más que hoy no se encuentre en su mejor condición y su futuro no sea muy promisorio, absorber la pérdida que se generaría por la independencia escocesa.
¿Cuáles fueron los puntos que se tocaron respecto a las Islas Malvinas en la discusión entre Johnson y Alberto Fernández?
Johnson y Fernández intercambiaron ideas con relación a la cuestión de las Islas Malvinas con claras posturas y conceptos opuestos.
Fernández fue quien trajo el tema a colación, al señalar la imposibilidad de avanzar en la relación entre ambos países, si no se inician negociaciones por la soberanía argentina sobre las islas, situación que anualemente en remarcada por el Comité de Descolonización de la ONU. Además, el presidente argentino solicitó la reanudación de los vuelos entre el territorio continental argentino y las islas operados por Aerolíneas Argentinas, como compañía de bandera nacional.
Johnson desestimó el pedido de Fernández luego de haber manifestado su interés por la agricultura, el gas y los minerales argentinos. El entonces Primer Ministro británico, amparándose en la noción de la autodeterminación de los isleños, argumentó que la situación de las Islas Malvinas se resolvió cuarenta años atrás haciendo alusión al conflicto armado en que resultó triunfante su país, y concluyó que no se sentarán a negociarlo, porque no hay nada que haya que negociar.
