A dos días del descarrilamiento de una formación del Belgrano Cargas en la capital santafesina, la investigación técnica sobre el estado de la infraestructura ferroviaria ha cobrado relevancia central. El accidente, ocurrido el pasado sábado a las 23:30 en la intersección de Vélez Sarsfield y Gorostiaga, involucró a una formación de 70 vagones que transportaba cereales desde el norte del país, específicamente desde Laguna Paiva, con destino a la zona portuaria de Sauce Viejo.

Análisis técnico del siniestro De acuerdo con las evaluaciones preliminares y el informe del maquinista, el descarrilamiento de cinco unidades —cuatro de las cuales terminaron volcadas— no respondió a errores en la conducción, sino a una falla estructural del terreno. Las precipitaciones registradas en las horas previas al evento saturaron el suelo, restando capacidad de soporte al terraplén que sostiene los rieles. Esta inestabilidad, sumada al elevado tonelaje de la formación cargada con maíz, provocó el desplazamiento de las vías y el posterior descarrilamiento de los vagones que encabezaban el segundo tercio del convoy.

El Tren Belgrano Cargas descarriló en la zona de Vélez Sarsfield y Gorostiaga, de la ciudad de Santa Fe.

Operativo de seguridad y logística Dada la magnitud del vuelco en un área urbana, el operativo de custodia se inició de inmediato para resguardar la carga y asegurar el perímetro ferroviario. El despliegue contó con la participación del Cuerpo Guardia de Infantería y, posteriormente, de efectivos de Gendarmería Nacional, quienes establecieron un corredor seguro para las tareas de inspección. La interrupción del tráfico afectó no solo a la traza ferroviaria, sino también a la circulación vehicular en un radio de siete cuadras, situación que se mantuvo hasta el inicio de las maniobras de remoción.

El Tren Belgrano Cargas descarriló en la zona de Vélez Sarsfield y Gorostiaga, de la ciudad de Santa Fe.

Evaluación de daños e infraestructura Técnicos de la empresa concesionaria y especialistas en transporte analizan ahora si existían reportes previos de fatiga de materiales en ese tramo del tendido. La espectacularidad del incidente, que no dejó víctimas ni afectó viviendas linderas, pone nuevamente en agenda la necesidad de programas de mantenimiento preventivo más rigurosos, especialmente en aquellos ramales que atraviesan densas zonas residenciales y que son vitales para el flujo logístico del comercio de granos en la región litoral.

Redacción por dataPORTUARIA