La infraestructura logística de Amberes, uno de los nodos comerciales más congestionados de Europa, ha alcanzado un punto de inflexión histórico este 18 de diciembre de 2025. El consorcio liderado por Jan De Nul Group concretó con éxito la instalación del octavo y último elemento del túnel del Escalda, un paso decisivo para la realización del Enlace Oosterweel.
Esta megaobra tiene como propósito fundamental cerrar el anillo de circunvalación de la ciudad, eliminando el tráfico de tránsito del centro urbano y elevando significativamente los estándares de calidad de vida en la región.
La ejecución del túnel del Escalda destaca por su complejidad técnica, al emplear el método de túnel inmerso. Bajo esta modalidad, los elementos estructurales fueron prefabricados en Zeebrugge y remolcados a través del Mar del Norte y el Escalda Occidental hasta su ubicación definitiva en Amberes.
Jeffrey Depauw, director de preparación de obra para la asociación TM COTU, explicó que este desafío requirió la intervención directa de la división de dragado, que desplegó seis embarcaciones especializadas para preparar el lecho del río en un entorno caracterizado por fuertes corrientes de marea y una densidad de tráfico marítimo incesante.
Simultáneamente, el proyecto integra los denominados túneles del Canal y la profundización de la carretera de circunvalación en Merksem. A diferencia del túnel fluvial, estas estructuras se construyen in situ mediante el drenaje de áreas confinadas con paredes de tablestacas dobles. Koen Van Regenmortel, director de operaciones de la asociación TM ROCO, detalló que, debido a las limitaciones de espacio en el recinto portuario, los pozos del túnel no se construyen de forma lateral, sino en pares superpuestos.
Para garantizar la fluidez del tránsito durante las obras, se ha habilitado un Bypass temporal que reemplazará al viaducto de Merksem durante los próximos ocho años, cuya primera sección hacia los Países Bajos ya se encuentra operativa.
El impacto socioambiental de esta intervención es profundo, ya que la transición de la infraestructura vial al entorno subterráneo permite recuperar espacios para la naturaleza, como marismas y saladares en la margen izquierda del río Escalda.
Los directivos del proyecto coinciden en que el soterramiento de la red vial genera un escenario de beneficio mutuo: se optimiza el flujo del tráfico pesado y se mejora el entorno de vida de los residentes locales.
Según el cronograma oficial, el túnel se abrirá para ciclistas en 2028, mientras que la habilitación definitiva para el tráfico motorizado está prevista para el año 2030, consolidando así una obra que redefine la convivencia entre la logística portuaria y el desarrollo urbano.
Redacción por dataPORTUARIA