En noviembre, la inflación minorista alcanzó el 2,5%, impulsada principalmente por el rubro alimentos. Dentro de este, la carne vacuna mostró incrementos que llegaron a cuadruplicar la inflación general, con una suba promedio del 8,2% mensual y un acumulado interanual del 72,8%, según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

A diferencia de contextos críticos anteriores, el aumento actual no se explica por un repunte del consumo interno. Mientras que los salarios formales crecieron un 39% interanual, el precio de la carne casi duplicó ese valor. La clave reside en la oferta: el precio de la hacienda en pie en el Mercado Agroganadero (MAG) subió un 10% recientemente, alcanzando los $4.400 por kilo vivo para el novillito.
El desbalance estructural se origina en la invernada. El Índice Ternero Rosgan superó los $5.700 por kilo, un 86% más que el año pasado. En términos reales, este valor está un 68% por encima del promedio de la última década.
Esta situación se ve agravada por buenas condiciones forrajeras donde la abundancia de pasto permite a los productores retener la hacienda liviana en los campos. Por otro lado, un cambio de estrategia: los traslados de novillitos a faena cayeron un 6,8%, mientras que los destinos a invernada (engorde) crecieron un 9,4%.

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El Rosgan advierte que el mercado está alargando los ciclos productivos. Los productores buscan obtener animales más pesados, alineándose con las exigencias del mercado externo. Esto genera un bache de oferta de hacienda liviana para el consumo doméstico, adelantando subas de precios que estacionalmente solían verse en febrero.
Redacción por dataPORTUARIA