En una operación que marca un punto de inflexión para la flota fresquera local, se formalizó este 9 de diciembre la compraventa de dos embarcaciones pesqueras que se encontraban fuera de servicio. La transacción, protagonizada por el binomio empresarial conformado por Daniel Antonio y Luis Santander, implica una inversión global de US$ 2,5 millones y tiene como objetivo la recuperación operativa de activos navales para destinarlos a la exportación de productos con valor agregado.
La operación de transferencia incluye no solo los cascos, sino también los permisos de pesca correspondientes, permitiendo a los nuevos titulares proyectar un esquema de integración vertical que abarca desde la captura hasta la comercialización internacional.
Las unidades adquiridas pertenecían al entramado corporativo de la firma china Dalian Huafeng Aquatic Product, operadas localmente a través del Grupo Arbumasa y sus controladas. Se trata del Huafeng 818 (ex Letare), botado en 1981, y el Huafeng 819, de 1989. Ambas embarcaciones, con una capacidad de bodega de 1.200 cajones, se encontraban inactivas y con sus Certificados Nacionales de Seguridad de la Navegación vencidos.
Ante este escenario, la estrategia inmediata contempla un intensivo plan de reparaciones. "El punto de partida es claro; ambos buques requieren trabajos significativos en astillero y a flote para retornar a condiciones de navegación y producción", señalaron fuentes cercanas a la operación. Actualmente, una de las unidades ya se encuentra en las gradas del astillero TPA, donde se ejecutarán las obras necesarias para garantizar su operatividad plena hacia marzo de 2026.
El plan de negocios diseñado por Antonio y Santander se alinea con el marco regulatorio de los buques, que poseen permiso nacional irrestricto de variado costero (sin langostino) y carecen de Cuota Individual Transferible de Captura (CITC) de merluza. En consecuencia, la operatividad se centrará en la captura de corvina, trabajando bajo la modalidad "a la pareja" durante todo el año.
La visión comercial apunta a diversificar la oferta exportable. Según explicó Daniel Antonio, se busca abastecer la demanda sostenida de los mercados del oeste de África y fortalecer los vínculos comerciales en Europa, ofreciendo productos tanto frescos como congelados. "Entendemos que el mundo pide alimentos con valor agregado y buscamos integrar estas dos unidades a pesar de la adversidad y la volatilidad de los mercados", afirmó el empresario.
La expansión del grupo no se limita a la actividad extractiva. Se confirmó que existen negociaciones avanzadas para la adquisición de un establecimiento procesador con cámara de congelado. Esta incorporación permitiría cerrar el ciclo productivo en tierra, vinculando la pesca, la manufactura y el frío bajo una misma estructura de base familiar y operativa.
De concretarse, los nuevos activos se sumarán a la capacidad instalada actual de los socios, que incluye los congeladores BP Pedrito y San Juan B, así como la flota gestionada por Santander (BP Marlene del Carmen, entre otros). El objetivo final es claro: consolidar un grupo robusto capaz de generar divisas genuinas y sostener el empleo local mediante la reactivación de recursos que, hasta ayer, permanecían ociosos.
Redacción por dataPORTUARIA