El trigo, tercer cultivo en importancia por superficie y volumen en Argentina, no solo es vital para la seguridad alimentaria doméstica, sino que representa un engranaje clave en la maquinaria exportadora nacional. Un reciente informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), basado en datos de SIO Granos, desglosa la estructura comercial del cereal, revelando cómo se mueve la cosecha desde el lote hasta sus destinos finales.

En el promedio de las últimas cinco campañas, se comercializaron 18,3 millones de toneladas (Mt) por ciclo. La generación de este volumen presenta una marcada concentración geográfica: más del 90% se origina en cuatro provincias. Buenos Aires lidera con el 41% del total, destacándose los partidos de Tres Arroyos, Necochea y Tandil; le siguen Santa Fe (29%), Córdoba (12%) y Entre Ríos (9%).
¿Hacia dónde fluye esta producción? El cereal tiene dos destinos claros: la industria molinera y la exportación de grano sin procesar. Históricamente, el consumo interno se mantiene estable en torno a las 7 Mt, mientras que el saldo exportable varía según el clima. El informe destaca que el 55% del trigo comercializado tiene como destino las terminales portuarias. El Gran Rosario absorbe el 38% del flujo total, seguido por Bahía Blanca (11%) y Quequén (6%). Por su parte, el Norte de Buenos Aires y el Centro-Este de Córdoba, nodos de la industria molinera, reciben el 31% conjunto de la mercadería.
La dinámica de los contratos revela la estrategia financiera del productor. En el promedio histórico, el 43% de la producción se negocia de manera anticipada (pre-campaña) y el 54% durante el ciclo comercial.
Contratos Forward: Predominan antes de la cosecha (+87%), permitiendo fijar condiciones de entrega diferida.
Mercado Disponible: Una vez iniciada la campaña, el 71% de las operaciones son con entrega inmediata o contractual.
En cuanto a la fijación de precios, la cultura comercial argentina prioriza la certidumbre: la gran mayoría de las operaciones a fijar utilizan el Precio Cámara (47%) como referencia, mientras que el uso de los mercados de futuros (MATba-ROFEX) aún representa una porción minoritaria, aunque creciente, de las herramientas de cobertura.

El ciclo actual muestra una variación en el comportamiento tradicional. Según los datos al 4 de diciembre de 2025, se han comercializado 17,8 Mt. Sin embargo, se observa una caída en las ventas anticipadas: solo el 28% se vendió antes del inicio de campaña, en contraste con el promedio histórico del 43%. Esto ha modificado la matriz contractual vigente, con una paridad inusual entre entregas diferidas (47%) y disponibles (53%).
A modo de proyección, para el ciclo 2025/26 ya se registran ventas por 8,8 Mt, retomando un ritmo de anticipación cercano al 33%, lo que sugiere una vuelta paulatina a los patrones de comercialización estándar.

El análisis concluye que, si bien el sistema comercial es robusto y cuenta con referencias de precios claras, existe un potencial latente para profundizar el uso de herramientas de cobertura de riesgo precio en los mercados a término, vitales para blindar la rentabilidad en un contexto económico volátil.
Redacción por dataPORTUARIA