La temporada de langostino en aguas bajo jurisdicción de la provincia de Chubut transita un cierre de año caracterizado por la incertidumbre. Lejos de la previsibilidad de ciclos anteriores, la zafra actual enfrenta un esquema de "lógica defensiva", donde la flota opera condicionada por factores climáticos adversos y un inicio tardío en aguas nacionales que aún genera interrogantes sobre la dinámica del recurso.

Según reportes recientes analizados por el portal especializado Pescare, la actividad en Rawson exhibe señales complejas que tensionan la ecuación económica y operativa de las empresas. Si bien la captura avanza, no logra consolidar un patrón estable, obligando a los armadores a navegar el día a día con escaso margen de planificación.

El desafío biológico: tallas y bycatch

En términos de capturas, el escenario actual muestra un predominio de tallas L3 y L2. Aunque se trata de ejemplares de calidad comercial aceptable, la preocupación radica en la composición de los lances: la presencia de fauna incidental (bycatch), específicamente merluza, ha escalado hasta convertirse en un factor condicionante en zonas clave del Área de Interdicción de Esfuerzo Restringido (AIER).

Los reportes operativos indican que, en sectores neurálgicos como "El Pozo" o "El Medanito", se han registrado numerosos lances nulos o con una proporción de merluza que obliga a descartar la maniobra. Este fenómeno altera el equilibrio entre la captura objetivo y los costos de procesamiento, transformando la decisión de pesca en un dilema de gestión: dónde operar para minimizar la fauna acompañante sin sacrificar volumen.

Testimonios de capitanes experimentados sugieren un comportamiento errático del marisco. "Cuando aparece algo de talla interesante, viene acompañado de mucha merluza", señalaron fuentes del sector, advirtiendo además sobre la presencia de otras especies (como cangrejos o "peisos") que dispersan al cardumen de langostino.

Saturación logística y mercado "oferente"

A la complejidad biológica se suma una variable económica determinante: el flujo de caja y la capacidad de absorción industrial. La incorporación de nuevas unidades de pesca y el aumento del volumen de capturas diarias han generado un cuello de botella en el tramo tierra-planta.

El ritmo de descarga actual supera la velocidad de procesamiento y comercialización, provocando una acumulación de stock en cámaras. Si bien los precios internacionales muestran una leve mejora respecto al año anterior, el mercado se mantiene en una tónica "oferente": hay abundancia de mercadería y necesidad de colocación, lo que debilita la posición negociadora de las exportadoras.

Posible parada operativa anticipada

Frente a este escenario de rendimientos heterogéneos y presión logística, cobra fuerza la posibilidad de una detención operativa coincidente con las fiestas de fin de año. Se evalúa un cese de actividades desde el 15 de diciembre hasta los primeros días de enero de 2026.

Esta medida, que se debatirá formalmente esta semana entre cámaras y gremios, no respondería únicamente a una tradición de calendario, sino que funcionaría como una válvula de control. La pausa permitiría descomprimir el stock acumulado en las plantas y, simultáneamente, dar un respiro al caladero ante un recurso que no muestra la concentración y pureza esperadas.

Redacción por dataPORTUARIA