El desarrollo de Vaca Muerta, motor central de las expectativas energéticas de la Argentina, enfrenta una limitante crítica fuera de los pozos: una infraestructura vial que no ha logrado acompañar el crecimiento exponencial de la actividad. La saturación de las rutas, diseñadas para otro contexto histórico, pone en jaque la eficiencia logística y la seguridad de los operarios.
Según información relevada por el medio especializado Vaca Muerta News, el escenario en la superficie es de colapso. La convivencia forzada entre el tránsito particular y cientos de camiones de gran porte en caminos estrechos ha generado un ecosistema de alto riesgo.
En declaraciones brindadas a Vaca Muerta News, Marcelo Molina, director de Patagonia Services Rental y referente con más de 30 años en el rubro, describió un panorama preocupante en los accesos a Añelo. "Las rutas quedaron totalmente obsoletas, antiguas; es una traza muy fina para tanto tráfico pesado", señaló Molina.
El diagnóstico del especialista es contundente respecto a la siniestralidad en la zona: "Estoy casi para confirmar que hay uno o dos accidentes diarios constantemente". Si bien muchos de estos incidentes se limitan a daños materiales y no siempre trascienden a la opinión pública masiva, configuran un patrón de riesgo permanente que afecta la operatividad de la industria.
El informe destaca que la problemática trasciende el estado del asfalto. La urgencia de la demanda energética impone tiempos logísticos acelerados que presionan sobre el factor humano.
"Va todo el mundo desesperado por llegar, entonces ahí es donde se producen los inconvenientes, que a veces son fatales", explicó Molina al medio neuquino.
A esta dinámica se suma la escasez de personal calificado: la atracción por los salarios competitivos del sector vuelca a las rutas a conductores que, en ocasiones, carecen de la experiencia suficiente para maniobrar vehículos pesados en condiciones de saturación vehicular.
La comunidad logística coincide en que la solución requiere de una intervención urgente en obra pública. La demanda principal se centra en la ampliación de la Ruta 7 y la habilitación de caminos alternativos, como la Ruta 17, para descomprimir el flujo principal.
"Alivianaría muchísimo", consideró Molina, reconociendo que el uso de vías alternativas podría impactar en los costos, pero es vital para garantizar la seguridad. La advertencia es clara: sin una inversión planificada que adecúe la red vial a la realidad productiva, el potencial de Vaca Muerta seguirá restringido por un problema de infraestructura básica.
Redacción por dataPORTUARIA