La detección de un foco de Loque Americana en la región del Valle Medio de Río Negro ha generado preocupación entre los productores apícolas y las autoridades sanitarias locales. Esta patología, considerada una de las enfermedades bacterianas más severas y de mayor difusión en la apicultura mundial, afecta de manera directa a las crías de las abejas, comprometiendo la viabilidad de las colmenas y requiriendo su sacrificio para evitar una mayor propagación.
Tras la confirmación diagnóstica realizada por el laboratorio del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en Martínez, provincia de Buenos Aires, el organismo desplegó sus equipos técnicos en la zona afectada. Las investigaciones epidemiológicas establecieron un nexo directo con una sala de extracción de miel ubicada en la localidad de Chimpay. Se constató que esta instalación operaba de manera clandestina en terrenos pertenecientes al Departamento Provincial de Aguas de Río Negro (DPA) y carecía de las habilitaciones sanitarias y operativas pertinentes.

Los inspectores de SENASA documentaron que el predio presentaba un riesgo sanitario significativo. Según informaron fuentes del organismo, el lugar exhibía material apícola inerte deteriorado y expuesto, tales como alzas y cuadros rotos o sucios. Estas condiciones eran plenamente compatibles con un escenario de dispersión activa de la enfermedad, ya que el material expuesto favorecía el pillaje por abejas, constituyendo un nexo epidemiológico directo con el foco confirmado. Esta situación de insalubridad y falta de control multiplicaba las posibilidades de diseminación.
La Loque Americana, causada por la bacteria Paenibacillus larvae, se caracteriza por signos como olor fuerte y persistente en la colmena, cría salteada y la dificultad de las abejas para emerger de sus celdas. Ante la confirmación del brote, SENASA procedió a la implementación de un estricto protocolo sanitario.
En el apiario afectado, se llevó a cabo la destrucción e incineración de la totalidad de las 15 colmenas, en estricto cumplimiento de lo establecido por la Resolución 38/2012 del organismo. Similarmente, en la sala de extracción clandestina de Chimpay, se realizó la remoción y destrucción por incineración de todo el material apícola inerte que se encontraba contaminado o con potencial riesgo de contaminación. Adicionalmente, se ejecutó una desinfección integral de las instalaciones y se realizó un inventario exhaustivo del equipamiento remanente.
Redacción por dataPORTUARIA