La obra de dragado en el canal de acceso se enfrenta a demoras y discrepancias internas, impactando la competitividad portuaria regional.
El proyecto de profundización a 14 metros del canal de acceso al Puerto de Montevideo, crucial para el posicionamiento logístico de Uruguay en el Atlántico Sur, atraviesa un período de incertidumbre debido a la falta de financiamiento y a debates estratégicos dentro de la Administración Nacional de Puertos (ANP), postergando su concreción más allá de las expectativas iniciales.
El dragado del canal de acceso al Puerto de Montevideo hasta una profundidad de 14 metros, objetivo largamente perseguido por Uruguay, ha vuelto al centro del debate público ante las significativas demoras en su ejecución y las crecientes tensiones internas que se registran en la Administración Nacional de Puertos (ANP).

Importancia Estratégica y Postergación de la Obra
La necesidad de profundizar los 61 kilómetros del canal de acceso a la capital uruguaya es un planteamiento que ha sido reiterado por diversas figuras, incluyendo a Jorge Gandini, director de la ANP en representación de la oposición. Su insistencia resuena en un contexto donde el país requiere definiciones para consolidar su rol en el Atlántico Sur. Este proyecto, de relevancia nacional, enfrenta una postergación considerable, con estimaciones que posponen su concreción hasta 2027 o incluso más allá.
A pesar de que la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) ya ha emitido su "no objeción" para la realización del dragado, la obra carece de un cronograma definitivo. Las principales causas de este retraso radican en la ausencia de fondos específicos y la necesidad de establecer una modalidad de ejecución que garantice la eficiencia y la sostenibilidad del proyecto.

La situación del Puerto de Montevideo se analiza en comparación con terminales portuarias regionales, como el Puerto de Río Grande en Brasil, el cual opera con un calado de 16 metros. Para Uruguay, alcanzar los 14 metros de profundidad representa una adecuación a estándares internacionales y es fundamental para competir equitativamente en la atracción de buques de mayor porte. La infraestructura portuaria emerge, en este escenario, como un factor determinante para el posicionamiento logístico y comercial del país.
La contradicción entre la obtención de la aprobación regional (CARP) y las dificultades internas financieras e institucionales que demoran la concreción de la obra, revela un punto de inflexión. Uruguay se encuentra en la encrucijada entre una ambición histórica y la realidad operativa que demanda soluciones concretas y un plan de acción definido para la materialización de esta obra vital para su desarrollo portuario.
Redacción por dataPORTUARIA