Glencore, una de las principales corporaciones globales en el sector de materias primas, ha anunciado formalmente la reactivación de las operaciones en la mina Alumbrera, ubicada en la provincia de Catamarca, Argentina. Se estima que la producción de cobre se reanudará en la primera mitad de 2028, marcando el fin de un período de inactividad que se extendió por casi una década.
Esta decisión estratégica responde a una combinación de factores favorables, incluyendo un incremento sostenido en los precios internacionales del cobre y del oro, así como un entorno fiscal más competitivo que favorece la inversión en la industria minera argentina. La iniciativa no solo busca restaurar la capacidad productiva de Alumbrera, sino también consolidarla como una base operativa fundamental para el desarrollo de proyectos cupríferos de gran envergadura como MARA (Agua Rica) y El Pachón, ambos parte del portafolio de Glencore en el país.
Una vez en régimen, la mina Alumbrera proyecta una producción anual de aproximadamente 75.000 toneladas de cobre, 317.000 onzas de oro y 1.000 toneladas de molibdeno, durante un ciclo operativo estimado de cuatro años. A pesar de que estas cifras se sitúan por debajo del récord histórico de 203.700 toneladas alcanzado en 2002, representan un paso crucial para reposicionar a Argentina en el mercado global de producción de metales estratégicos. Glencore ha mantenido la infraestructura de Alumbrera mediante tareas de cuidado y mantenimiento durante ocho años, anticipando este momento de reactivación.
La decisión de Glencore se inscribe en un contexto de creciente demanda global de cobre. Las proyecciones de mercado indican que el consumo anual de este metal podría superar los 35 millones de toneladas en la próxima década, frente a los actuales 25-26 millones. Este incremento está impulsado principalmente por la transición energética y la electrificación de diversas industrias, incluyendo la expansión de vehículos eléctricos, el desarrollo de energías renovables, la modernización de infraestructuras de transmisión eléctrica y la creciente construcción de centros de datos, todos ellos intensivos en el uso de cobre.

El precio internacional del cobre ha reflejado esta tendencia, evidenciando un aumento significativo de aproximadamente US$3,20 a US$4,85 por libra. Simultáneamente, los principales países productores, como Chile y Perú, enfrentan desafíos para extender la vida útil de sus yacimientos maduros, mientras que otras regiones experimentan escasez de nuevos descubrimientos. En este escenario, Argentina, con sus proyectos de alta ley y su considerable potencial inexplorado, emerge como un actor clave para satisfacer la demanda futura.
La estrategia de Glencore en Argentina se fortalece con la solicitud de adhesión de sus proyectos MARA y El Pachón al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Este marco normativo busca estimular la llegada de capitales y la concreción de grandes proyectos productivos en el país. Las inversiones proyectadas para estos dos desarrollos son sustanciales: entre US$3.500 y US$4.500 millones para MARA y entre US$8.500 y US$10.500 millones para la fase inicial de El Pachón.
Estas inversiones no solo significarán un impulso económico para las regiones involucradas, sino que también se traducirán en la creación de más de 10.000 empleos directos durante la fase de construcción y más de 2.500 puestos de trabajo permanentes durante la etapa operativa. Martín Pérez de Solay, CEO de Glencore en Argentina, ha destacado que la reactivación de Alumbrera es fundamental para "reducir el riesgo de la puesta en marcha" de futuras operaciones, reentrenar a la fuerza laboral y mantener en funcionamiento infraestructuras críticas que pueden ser compartidas con proyectos aledaños.
El movimiento de Glencore se suma a un ecosistema minero argentino en plena expansión, donde otros proyectos de relevancia como Los Azules (McEwen–Stellantis–Nuton/Rio Tinto), Vicuña (BHP–Lundin Mining) y Taca Taca (First Quantum) también avanzan.
Redacción por dataPORTUARIA