El sector hortícola del sur de Santa Fe ha transitado un período de desafíos persistentes, instando a sus actores a reevaluar su modelo productivo. En el marco de la reciente edición de ExpHortar, el encuentro anual que congrega a productores de la zona, Fernando Cesaretti, presidente de la fundación y productor en Arroyo Seco, destacó la importancia de superar una visión cortoplacista para abrazar acuerdos de largo aliento que impulsen el sector.
Durante las décadas de 1970 y 1980, la región comprendida en un corredor de 50 kilómetros de largo por 15 de ancho, a la vera del río Paraná, constituía un epicentro de abastecimiento de hortalizas frescas para grandes urbes como Buenos Aires, La Plata, Bahía Blanca y Mar del Plata. Este período, recordado como una "época de oro", se vio modificado por la creación de nuevos cinturones hortícolas en las periferias de las principales ciudades, lo que reconfiguró la dinámica de la cadena de suministro.

No obstante, Cesaretti sostiene que, a pesar de estos cambios, existe un vasto potencial para revitalizar la horticultura santafesina. La clave, según su perspectiva, reside en una decidida orientación hacia la industria de congelados, deshidratados y enlatados. Esta estrategia no solo abre nuevas avenidas de demanda para los productos hortícolas, sino que también añade un valor significativo a la producción local. Al considerar la demanda industrial, se abren posibilidades de generar una gama diversa de subproductos como almidones, extractos y harinas, los cuales son esenciales en numerosas ramas de la industria a gran escala.
Para capitalizar este potencial, es fundamental estabilizar la producción, permitiendo a los productores abastecer de forma consistente a los circuitos industriales, que ofrecen una ventana de comercialización más estable y con menores riesgos en comparación con el volátil mercado de consumo en fresco. La demanda industrial, a su vez, se espera que crezca en paralelo con el aumento de la producción y el acompañamiento de la investigación y el desarrollo.
La región posee una ventaja competitiva significativa: "En un radio de 40 kilómetros disponemos de las tres industrias más grandes del país en deshidratados, congelados y enlatados", enfatizó Cesaretti, destacando la infraestructura existente y la relevancia geográfica del área para el sector.
Uno de los obstáculos identificados es la competencia por el uso de la tierra con la agricultura extensiva. Los productores hortícolas argumentan que la siembra de granos como maíz, soja o trigo en pequeñas extensiones de cinco o diez hectáreas resulta ineficiente y no rentable, complicando la expansión de la horticultura.
Cesaretti aboga por la complementariedad en lugar de la confrontación, buscando integrar ambos sistemas productivos de manera que se maximice el beneficio social y económico de cada hectárea.
El referente del sector subraya que la situación actual demanda una responsabilidad compartida y un compromiso genuino de todos los actores. La imperiosa necesidad es establecer una mesa de diálogo donde se puedan discutir acuerdos básicos y forjar un proyecto de largo plazo. Tal iniciativa no solo aseguraría la provisión de alimentos y materia prima industrial, sino que también incentivaría la inversión y la generación de empleo en la región.
Redacción por dataPORTUARIA