El Puerto de Concepción del Uruguay ha comenzado a transitar una etapa decisiva para su normalización institucional y operativa. Tras años de limitaciones impuestas por la situación judicial de la firma Terminal Puerto Concepción del Uruguay (TPSU) —antigua concesionaria del servicio—, el proceso de quiebra ha ingresado en su fase final de liquidación de bienes, lo que libera el camino para la reactivación plena del depósito fiscal.

Esta resolución no es solo un trámite administrativo; representa el desbloqueo de un activo logístico fundamental para la provincia de Entre Ríos. Según explicó Marcos Di Giuseppe, presidente del Ente Autárquico Puerto Concepción del Uruguay (EAPCU), el cierre de este capítulo permitirá "revitalizar la actividad y consolidar relaciones comerciales sólidas con productores y navieras", actores indispensables para sostener el crecimiento de la matriz exportadora regional.

En una maniobra para garantizar la continuidad operativa sin baches, el Ente Puerto gestionó la compra directa de bienes esenciales que pertenecían a la fallida y que son requisitos sine qua non para la habilitación aduanera. Se trata de una balanza de piso de alta capacidad y un sistema de videovigilancia integral.

Esta adquisición evita que dichos equipos entren en la subasta general de activos, asegurando que permanezcan integrados a la infraestructura portuaria. De este modo, la terminal mantiene la capacidad de fiscalización, trazabilidad y control de cargas, elementos críticos para la seguridad del comercio exterior.

Una vez finalizado el remate judicial —destinado a saldar las acreencias laborales pendientes—, se iniciará la fase de "barrido". Este procedimiento técnico implica la limpieza y despeje de estructuras obsoletas o ajenas a la nueva planificación, dejando las instalaciones aptas para un nuevo modelo de gestión.

Hacia la recuperación de la carga contenerizada

La normalización del depósito fiscal es la llave maestra para diversificar la oferta de servicios del puerto. El plan maestro de la administración apunta a reconfigurar la unidad de negocios para retomar la operatoria de contenedores, una demanda histórica de las cadenas de valor de la madera, el arroz, la citricultura y la industria avícola.

El objetivo es dotar de previsibilidad y eficiencia a la logística local, reduciendo costos para los exportadores que hoy deben derivar cargas a otras terminales. Asimismo, se busca fortalecer la complementariedad sistémica con el puerto de Ibicuy, consolidando el corredor fluvio-marítimo del río Uruguay.

Mientras avanza el ordenamiento jurídico, la actividad operativa mantiene un ritmo sostenido. Noviembre concluyó con la operación de tres buques madereros, y las proyecciones de la firma exportadora Urcel anticipan dos embarques más para diciembre. De concretarse esta planificación, el puerto cerraría el 2025 con un total de 16 buques operados.

Redacción por dataPORTUARIA