La provincia de Entre Ríos se prepara para un cambio de paradigma en su posicionamiento logístico. En el marco del debate por la nueva licitación de la Vía Navegable Troncal (VNT), el gobierno provincial logró revertir una clasificación técnica desfavorable que relegaba a sus costas a un rol secundario, para pasar a integrar el tramo troncal del sistema fluvial Paraná–Paraguay.
Así lo detalló Martín Anguiano, presidente del Instituto Portuario de la Provincia de Entre Ríos (IPPER), quien definió este avance como "un antes y un después" para la economía regional. La estrategia, impulsada por la gestión del gobernador Rogelio Frigerio, busca capitalizar las condiciones naturales de la provincia para integrarla al flujo de comercio exterior del sur de Brasil, el litoral argentino y el corredor bioceánico.
Inicialmente, los borradores de los pliegos nacionales clasificaban al tramo entrerriano como un sector apto solo para "buques en lastre", lo que amenazaba la competitividad de sus terminales. Ante este escenario, la provincia presentó un estudio técnico avalado por la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
El informe fue determinante: demostró que el 70% del caudal hidrológico que alimenta al Paraná de las Palmas circula por la costa entrerriana y que su inclusión como vía principal permite un diseño más equilibrado y con menor impacto ambiental. Este sustento técnico permitió que el Gobierno nacional aceptara la recategorización, validando a Entre Ríos como un actor central de la Hidrovía.
En el centro de esta planificación se encuentra el Puerto de Ibicuy. Calificado por Anguiano como una "asignatura pendiente" tras décadas de estancamiento, la terminal posee calado natural y una ubicación geográfica privilegiada para funcionar como centro de transferencia de cargas.
Actualmente, el puerto atraviesa un proceso de reactivación con inversión privada y obras de infraestructura en marcha. El objetivo es consolidar un ecosistema logístico integrado donde Ibicuy funcione como el nodo de aguas profundas que articule con las cargas barcaceras provenientes de La Paz, Diamante y los centros de producción agroindustrial.
El titular del IPPER también hizo hincapié en el desafío de la gobernanza portuaria. Al asumir la gestión, se encontró con una estructura de entes autárquicos desarticulada y con expedientes paralizados ante organismos nacionales.
El reordenamiento administrativo —que incluyó la regularización de procedimientos y controles— se plantea como un activo tan valioso como el dragado mismo, ya que otorga la seguridad jurídica necesaria para atraer capitales. En paralelo, puertos históricos como Concepción del Uruguay encaran una reconversión hacia operaciones de media carga y nichos específicos, adaptándose a las limitaciones de calado del Río Uruguay frente al gigantismo naval.
Redacción por dataPORTUARIA