El sector yerbatero argentino atraviesa un escenario dual en 2025. Mientras las estadísticas de comercio exterior proyectan un año récord en volumen despachado, la cadena productiva enfrenta desafíos significativos en materia de precios y rentabilidad. Según un reciente informe elaborado por especialistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) —Francisco Cuello Rosso, Guido D’Angelo, Emilce Terré y Julio Calzada—, entre enero y septiembre de este año se exportaron 39.483 toneladas del complejo yerba mate.

Esta cifra no solo representa un crecimiento interanual del 23,3% en volumen, sino que constituye un nuevo máximo histórico para el período, consolidando a la Argentina como el principal abastecedor global. Sin embargo, el "boom" de cantidades no se traslada linealmente a la facturación: debido a las mermas en las cotizaciones internacionales, el valor exportado creció solo un 8,3%, acumulando US$ 78,6 millones, una cifra que aún se ubica por debajo de los picos nominales alcanzados en 2015.
El mercado doméstico, pilar fundamental de esta economía regional del noreste, muestra signos de vitalidad. El consumo interno revirtió la caída de 2024 y registró un alza del 7% en los primeros nueve meses de 2025, volviendo a alinearse con los promedios históricos de 6 kilos por persona al año.

En el plano externo, la configuración de destinos mantiene a sus protagonistas históricos, pero con matices interesantes:
Siria reafirma su liderazgo absoluto, absorbiendo el 64% del total exportado.
Chile se ubica en segundo lugar con el 13%.
España completa el podio con el 6%.
Es relevante destacar que el 57% de los envíos se realizan en bolsas a granel de 50 kg, mientras que el 29% corresponde a formatos minoristas (paquetes de 1/4 a 2 kg), siendo los envases de cuarto kilo los que mayor valor agregado aportan.
Más allá de los mercados tradicionales, el informe destaca una tendencia estratégica en la Unión Europea, donde las importaciones de yerba mate se multiplicaron por cuatro en las últimas dos décadas. En este continente, el producto está dejando de ser una curiosidad étnica para posicionarse como una bebida funcional y natural, compitiendo con el café y las bebidas energéticas.
En un reciente webinar de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, se subrayó que el consumidor europeo —especialmente jóvenes y adultos mayores de 60 años— valora las propiedades antioxidantes y el aporte de energía natural. El desafío para la industria nacional radica ahora en adaptar el producto a los estándares de sostenibilidad y certificación orgánica que exigen mercados como Irlanda, Alemania y Países Bajos.

El dinamismo exportador contrasta con la situación tranqueras adentro. Los productores de Misiones han manifestado su preocupación tras la aplicación del Decreto 812/2025, que limitó las facultades del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
La nueva normativa impide al organismo fijar precios de referencia o intervenir en el mercado para evitar distorsiones. Bajo este esquema de libre oferta y demanda, los productores primarios advierten que los valores actuales pagados por la materia prima no llegan a cubrir los costos mínimos de producción, generando una tensión latente en la base de la cadena agroindustrial.
Redacción por dataPORTUARIA