En un nuevo capítulo de la agenda bilateral energética, los gobiernos de Argentina y Uruguay profundizaron el diálogo técnico y político respecto al proyecto de instalación de una planta de hidrógeno verde en la localidad de Paysandú. El encuentro, celebrado en Montevideo, reunió a los cancilleres Mario Lubetkin y Pablo Quirno, quienes dieron continuidad a las conversaciones iniciadas a mediados de noviembre en Buenos Aires.

La reunión contó con una amplia comitiva de ambas márgenes del Río Uruguay. Por el lado argentino, participaron el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, y el intendente de Colón, José Luis Walser, evidenciando la relevancia regional del asunto. La delegación uruguaya incluyó a las carteras de Ambiente e Industria, junto al intendente anfitrión, Nicolás Olivera.

Durante el cónclave, la diplomacia argentina adoptó una postura de apoyo al crecimiento económico del país vecino, descartando un bloqueo sistemático a la iniciativa. "Argentina quiere que a Uruguay le vaya espectacularmente bien. Nuestros países necesitan inversión para crecer", afirmó el canciller Quirno, subrayando que el Río Uruguay debe ser un factor de unión.

Sin embargo, el aval político estuvo acompañado de observaciones técnicas específicas. La representación argentina expresó la necesidad de extremar los cuidados para mitigar posibles afectaciones sobre las actividades económicas de las poblaciones ribereñas, poniendo el foco en la "contaminación visual" y el impacto paisajístico que la infraestructura industrial podría generar frente a las costas de Colón y zonas aledañas.

Estado del proyecto y la disputa por la localización

Las autoridades uruguayas informaron que el proyecto ya cuenta con el Certificado de Clasificación y la Declaración de Viabilidad Ambiental de Localización, hitos que habilitan el proceso de evaluación formal bajo la normativa nacional. Montevideo tomó nota de los reparos argentinos y se comprometió a incorporarlos al análisis técnico en curso.

No obstante, el punto de mayor tensión radica en la ubicación física de la planta. Mientras Argentina sugiere revisar el emplazamiento para minimizar el impacto visual, el intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, fue tajante respecto a la viabilidad comercial. El jefe comunal advirtió que no figura en la agenda de la empresa desarrolladora modificar el lugar previsto y alertó que una exigencia de relocalización podría poner en riesgo la concreción definitiva de la inversión multimillonaria.

El diálogo se mantiene abierto en un clima de cordialidad, buscando equilibrar la necesaria transición energética y la atracción de capitales con la preservación del recurso compartido y las economías locales basadas en el turismo y el paisaje fluvial.

Redacción por dataPORTUARIA