La concreción del Acuerdo de Libre Comercio Mercosur-UE es considerada una prioridad por el gobierno brasileño, que busca asegurar su firma antes de ceder la presidencia pro tempore del bloque sudamericano. Tras participar en la cumbre del G20 en Johannesburgo, el presidente Lula da Silva manifestó su confianza en el cierre del pacto.
El mandatario brasileño afirmó categóricamente: “Puedo asegurar que el 20 de diciembre estaré firmando el acuerdo Unión Europea-Mercosur”.
Esta fecha coincide con la cumbre del Mercosur programada para realizarse en Foz de Iguazú, estado de Paraná.

Las negociaciones finales han sido conducidas directamente entre el Ejecutivo brasileño y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto a sus equipos negociadores. El pacto, de concretarse, crearía una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo, con profundas implicaciones para el flujo de bienes, la inversión y los estándares normativos en ambos bloques.
El principal obstáculo para la ratificación del acuerdo ha sido la oposición manifestada por algunos Estados miembros de la UE, siendo Francia el crítico más vocal. Según Lula, el presidente francés, Emmanuel Macron, argumenta que la apertura del mercado sudamericano podría afectar negativamente al sector agrícola europeo debido a la competitividad de los productos del Mercosur (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay). ¿La diplomacia de última hora logrará mitigar las preocupaciones ambientales y agrícolas?
Brasil, como líder actual del Mercosur, busca finalizar este proceso que se ha extendido por más de dos décadas, consciente de que la ventana de oportunidad podría reducirse tras el cambio de la presidencia semestral del bloque.
Redacción por dataPORTUARIA