El sector exportador argentino se encuentra en estado de alerta tras la publicación de la Resolución 1834 por parte de ARCA. La norma permite a los operadores de comercio exterior expresar en dólares sus saldos a favor acumulados por impuestos nacionales y reintegros hasta el 31 de octubre de 2025, utilizando el tipo de cambio vendedor del Banco Nación. Si bien la medida ofrece una solución para evitar la licuación de los créditos pesificados, el plazo de la opción (hasta el 1° de marzo de 2026) y las condiciones de compensación han levantado serios interrogantes sobre la voluntad y capacidad de pago del fisco.
¿Es esta medida una solución financiera o un aplazamiento de una deuda que compromete la competitividad?
La Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) fue contundente al expresar su preocupación. La entidad sostuvo que esta resolución "sorprende" y "efectúa un reconocimiento tácito de imposibilidad de cumplir la deuda con los exportadores", que el ex titular de Aduana, Guillermo Michel, estima en USD 1.500 millones solo en concepto de Impuesto PAIS, reintegros y saldos.
Según la resolución, los contribuyentes que opten por la dolarización podrán compensar esos créditos contra impuestos internos y tributos aduaneros, o solicitar su devolución, a partir del 1° de enero de 2027.

La CERA advirtió que el esquema propuesto introduce un diferimiento adicional a tasa cero en dólares, lo que implica un costo financiero real para el sector privado. Esta postergación, afirmaron, dificulta el sostenimiento de las operaciones, ya que el saldo inmovilizado se traduce directamente en una pérdida de competitividad y un costo que termina trasladándose al precio final de los productos, obstaculizando la capacidad de competir en los mercados externos. El tributarista Sebastián Domínguez señaló que la demora en las devoluciones es un problema "arrastra problemas desde su creación" y que "nunca sucedió" que el proceso fuera simple y rápido.
La resolución, que está primariamente orientada a operaciones de exportación, abre interrogantes sobre el futuro cumplimiento de los regímenes de recupero de impuestos enmarcados en las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Estos mecanismos son esenciales para que la producción argentina compita en igualdad de condiciones a nivel global, sin "exportar impuestos".
Si bien la Cámara de Importadores (CIRA) valoró la medida como un paso para resguardar los saldos de la pérdida cambiaria, el reclamo general del sector es la necesidad de una "reforma actitudinal" por parte del Estado. Los exportadores instaron a que la actividad sea ponderada como una fuente vital de creación de empleo y desarrollo federal, y no solo como una solución financiera de corto plazo para las "criticalidades" del fisco. La agilización del ritmo de devolución de los reintegros sigue siendo la clave para liberar capital de trabajo.
Redacción por dataPORTUARIA