La ganadería argentina, si bien muestra solidez en otros segmentos, enfrenta un escenario desafiante en el sector del engorde a corral. Fernando Storni, máxima autoridad de la CAF, señaló que la coyuntura actual se distingue de la estabilidad inicial del año, donde las relaciones de compra y venta de hacienda eran más favorables.
La principal señal de alarma reside en la ocupación de los corrales, que se ubica en torno al 62%, luego de acumular cuatro meses de caída consecutiva. Según Storni, esta dinámica, si bien tiene un componente estacional, podría generar una futura tensión entre oferta y demanda que impacte en los valores.

El dirigente remarcó que, para que las operaciones de compra de animales de invernada realizadas recientemente resulten en números positivos, se requiere de una recomposición del precio del gordo en el corto plazo. La relación compra–venta actual presenta dificultades, lo que genera una "preocupación hacia adelante" en la cadena de suministro cárnica. Se anticipa que el stock registrado por SENASA en octubre reflejará la caída más significativa en la ocupación.
Este comportamiento, aunque sigue la dinámica estacional del feedlot (ingreso en zafra y liberación en invierno/primavera), se ve matizado por una tendencia a engordes más largos y una mayor participación de hacienda pesada, impulsada en parte por la demanda de la industria exportadora.
Respecto a la estructura de costos, Storni indicó que los movimientos recientes en los precios de subproductos del trigo y la soja no tuvieron un impacto significativo en la estructura general de los insumos de la dieta. El maíz, grano fundamental para el engorde, mantuvo cierta estabilidad a pesar de la volatilidad cambiaria.

En una perspectiva de Comercio Exterior, el presidente de la CAF destacó la oportunidad global que representa la sostenida demanda de proteínas en el mundo. No obstante, advirtió que Argentina debe "adecuar algunas cosas" en su logística y marcos regulatorios para capitalizar plenamente esta ventana internacional.
El mercado interno, a pesar de los cambios estructurales en los hábitos de consumo, sigue siendo el principal consumidor de carne y juega un rol fundamental en la sostenibilidad de los precios del ganado. La rentabilidad de los feedlots depende, por lo tanto, de un equilibrio entre la demanda doméstica, la presión exportadora y la recomposición de valores en el eslabón final de la cadena de producción.
Redacción por dataPORTUARIA