El descarrilamiento de un tren de pasajeros del Ferrocarril Sarmiento, ocurrido cerca de las 15:50 en el cruce de Barragán a metros de los talleres de Liniers, ha generado una causa judicial a cargo del juez federal Julián Ercolini por "interrupción a los medios de transporte".
El siniestro, que implicó un amplio operativo de emergencia, se saldó con once heridos asistidos en el lugar y nueve trasladados a centros de salud, sin registrar víctimas fatales.

Un informe preliminar elaborado por Trenes Argentinos y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) sostiene que la causa más probable del descalce fue un desperfecto en el sistema de señalamiento.
La atención de los técnicos y peritos se concentra en la cabina de cambios de Liniers, cuyo sistema de enclavamiento, que debe impedir la activación de un cambio de vía mientras una formación está circulando, está compuesto por tecnología que data de 1920. Un delegado ferroviario reforzó esta línea de investigación al señalar que "el cambio se hizo antes de que el tren pasara". La tecnología que regula el tráfico de uno de los trenes más utilizados del país depende aún de mecanismos instalados hace más de un siglo.

La investigación judicial no descarta otras líneas, particularmente el error humano, evaluando un posible descuido durante la ejecución del cambio de vía 54. Las pericias toxicológicas y de alcoholemia realizadas al conductor y al personal de señales arrojaron resultados negativos, descartando la influencia de sustancias.
Una tercera arista que se analiza es la posible vinculación con trabajos recientes de refuerzo de vías realizados por la constructora Herso el fin de semana anterior al siniestro.
El incidente reaviva el debate sobre la necesidad de una modernización profunda del sistema ferroviario argentino, pues la seguridad ferroviaria aún depende de sistemas que ya cumplieron su vida útil.
Redacción por dataPORTUARIA