La Policía de Aduanas del Puerto de Róterdam, Países Bajos, anunció el decomiso de un total de 783 kilogramos de estupefacientes en el transcurso de una semana, como resultado de diversas inspecciones. La mayor incautación se produjo el 29 de octubre en un contenedor que transportaba una gran estructura de acero. En su interior se hallaron 583 kilos de cocaína y 3 kilos de metanfetamina.

El contenedor, según indicó la policía neerlandesa, procedía de Costa Rica (puerto de Moín) y tenía como destino una empresa en Holanda Septentrional. La droga estaba tan bien oculta que se necesitaron varios días para abrir la estructura y extraer los estupepefacientes.
Otros hallazgos de la semana incluyeron cargamentos de cocaína procedentes de Perú y Ecuador, transportados en contenedores refrigerados que llevaban plátanos y otras mercancías, con destino final a Holanda y Amberes. El caso está siendo investigado por el equipo HARC, una colaboración entre la aduana, la policía portuaria y la Fiscalía de Róterdam.

El fiscal adjunto de Delincuencia Organizada, Mauricio Boraschi, advirtió que la cantidad de droga que entra a países como Costa Rica es "enorme" debido al aumento del 300% en la producción de cocaína en Colombia en los últimos diez años. Las organizaciones criminales están utilizando la región como un puente de reexportación hacia Europa.
Boraschi expresó gran preocupación por la vulnerabilidad de los puertos, cuestionando cómo la droga sigue ingresando a terminales como APM Terminals en Limón (Moín), incluso con vigilancia y escáneres. Mencionó un caso previo en el que un contenedor fue retirado y vuelto a ingresar al puerto, contaminado con tres toneladas de cocaína, lo que ilustra la facilidad con que el crimen organizado utiliza la infraestructura logística nacional.
Redacción por DataPortuaria