La decisión del gobierno de Santa Fe de suspender por un año la exportación de pescado generó preocupación entre los trabajadores del sector, quienes aseguran que la medida tendrá un fuerte impacto económico y social en toda la cadena productiva. El anuncio se conoció el mismo día en que se informó la veda anual del surubí vigente desde el 1 de noviembre hasta el 31 de diciembre, aunque esta vez acompañado por una resolución con efectos mucho más amplios.

Según Jesús Pérez, presidente de la Asociación de Pescadores de Santa Fe, más de 2.500 familias dependen directamente de la actividad. De ellas, entre 1.000 y 1.500 trabajan vinculadas a frigoríficos orientados a la exportación, mientras que entre 1.000 y 1.200 abastecen al mercado interno. Para el dirigente, la suspensión coloca al sector en una situación crítica: “Cuando esas 1.500 familias se vuelquen a vender al mercado interno, se va a colapsar. Hoy la demanda local es muy baja”.
Pérez también cuestionó la falta de homogeneidad en la aplicación de la medida, señalando que el río Paraná es un recurso compartido entre provincias. “Van a restringir la actividad de 1.500 familias santafesinas, pero los frigoríficos podrán seguir abasteciéndose en Entre Ríos o Buenos Aires”, afirmó. Según indicó, el sistema de licencias provinciales impide que pescadores santafesinos operen en otras jurisdicciones.

La Asociación sostiene desde hace semanas la necesidad de abrir una mesa de negociación con el gobierno provincial. La resolución entraría en vigencia entre el 15 y el 20 de diciembre, una vez cumplido el plazo reglamentario para su publicación en el Boletín Oficial. Ante este escenario, representantes de distintos puntos de la provincia se reunirán el 15 de diciembre para evaluar posibles medidas.
El dirigente remarcó que la protección del recurso debe ir acompañada de políticas que resguarden a las familias que viven de la pesca. Entre las alternativas, mencionó la posibilidad de fortalecer el consumo interno a través de comedores escolares, comunitarios y hospitales. “No se puede cerrar la exportación sin generar primero un mercado interno sólido y opciones de trabajo sostenibles”, expresó.
Aunque por el momento descartan medidas de fuerza, los pescadores no descartan profundizar las acciones si no se abre el diálogo: “Pedimos una instancia de negociación antes de llegar a un corte de ruta”, subrayó Pérez, quien insistió en un abordaje integral que contemple tanto la preservación del recurso como la continuidad laboral de miles de trabajadores.
Redacción por DataPortuaria