El panorama del comercio exterior argentino experimentó una reconfiguración temporal, pero significativa, en el registro de septiembre de 2025. El gigante asiático concentró el 15,9% de las exportaciones totales de Argentina y el 25,2% de las importaciones, totalizando un intercambio bilateral de $3.109 millones. En contraste, Brasil se ubicó en segundo lugar, con un 14,4% de las ventas y un 23,9% de las compras, sumando un total de $2.892 millones.
Este desplazamiento puntual en el liderazgo se atribuye a una combinación de factores coyunturales y estructurales, que exponen el avance sostenido de China en el patrón de comercio regional.

El principal motor del salto en el share chino fue el sector agropecuario. Se registró un aumento extraordinario del 201,7% interanual en las exportaciones argentinas a China, impulsado fundamentalmente por los embarques de soja. Este fenómeno fue potenciado por dos elementos: el régimen de retención 0% al agro implementado por el gobierno para ciertos cupos, que incentivó la salida del grano, y la dinámica de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, que ha vuelto más competitiva a la oleaginosa argentina en el mercado asiático.
En paralelo, el flujo de importaciones desde China alcanzó un récord histórico, impulsado por la demanda de bienes de capital y, notablemente, por el sector automotriz y de bienes de consumo. Consultoras privadas señalan que las marcas automotrices chinas, como BYD, han absorbido una parte sustancial del cupo de importación de vehículos.
A pesar del notable incremento en las ventas de commodities, es fundamental señalar que Argentina mantiene un déficit comercial con China, el cual ascendió a $523 millones solo en septiembre. Mientras que el intercambio con Brasil tiende a ser más industrial y complementario a nivel regional, la relación con China se caracteriza por la exportación de commodities con bajo valor agregado y la importación de productos manufacturados, bienes de capital y tecnología.
La reversión del liderazgo de Brasil, tradicional socio en el MERCOSUR y principal destino de las manufacturas industriales argentinas, resalta la creciente dependencia estructural del país respecto a la demanda del gigante asiático. ¿Se mantendrá esta tendencia en los próximos meses, o fue un evento acotado por la dinámica de la exportación de soja? La respuesta se encuentra en el futuro de las políticas de incentivo al agro y la evolución de la demanda interna de bienes de capital y de consumo.
Redacción por DataPortuaria