El Gobierno nacional dispuso la postergación de la fecha de recepción de ofertas para la reprivatización del 100% del paquete accionario de las principales represas del Comahue (El Chocón-Arroyito, Alicurá, Piedra del Águila y Cerros Colorados). Este activo, estratégico para el sistema eléctrico nacional, concentra 4.107 MW de potencia y aporta el 14% de la generación total del país.
La incertidumbre generada por el proceso electoral motivó al Ejecutivo a aceptar el pedido de las empresas interesadas, fijando el 7 de noviembre como el nuevo plazo para la apertura de sobres de la licitación.

La principal novedad del proceso radica en su método de recepción de ofertas, el cual se realizará por primera vez de forma totalmente digital a través de la plataforma Contrat.Ar, el portal de compras de la Oficina Nacional de Contrataciones (ONC). Este mecanismo reemplaza el sistema tradicional basado en sobres físicos y lacrados.
Esta decisión marca un punto de inflexión en las licitaciones públicas del sector energético, ya que, si bien Contrat.Ar se había utilizado previamente para procesos como la adjudicación de tramos de la Red Federal de Concesiones, esta será la primera aplicación del sistema digital a una operación de magnitud millonaria y con un plazo contractual de tres décadas. Fuentes del mercado esperan que las ofertas por las represas alcancen los USD 700 millones.
La implementación de Contrat.Ar en la venta o concesión de activos públicos fue oficializada por el Decreto 416 y la Disposición 29/2025 de la ONC, buscando modernizar y transparentar los procesos de contratación.

El estreno del Sistema de Gestión Electrónica en una licitación de esta escala ha generado inquietud entre los oferentes, particularmente en lo relativo a la seguridad de la información económica y técnica.
Empresas que evalúan su participación han manifestado dudas sobre cómo garantizará el Estado la integridad del sistema informático y la confidencialidad de la información (como el monto de las ofertas, históricamente resguardado por los accionistas de forma física) ante posibles ciberataques o filtraciones de datos. El desafío para la ONC será demostrar que la tecnología puede ofrecer el mismo nivel de seguridad y confidencialidad que el antiguo mecanismo de sobres lacrados.