

En el Puerto de Montevideo, la implementación de un nuevo sistema de gestión de cargas por parte de la Terminal Cuenca del Plata (TCP) ha desencadenado una profunda disputa laboral que aún no encuentra resolución. El conflicto, que ya paralizó el puerto durante una semana, enfrenta un deadline inminente con el vencimiento de la tregua acordada.
La confrontación entre la principal terminal de contenedores —operada por Katoen Natie— y el sindicato SUPRA se originó por el temor gremial a que la modificación tecnológica implicara despidos y alteraciones al convenio colectivo vigente. Pese a las reuniones casi diarias con mediación del Ministerio de Trabajo uruguayo y la Administración Nacional de Puertos (ANP), el acuerdo final sigue esquivo. Las autoridades han ejercido presión para evitar que las protestas se reanuden al finalizar el plazo.
El impacto de esta crisis en el comercio exterior fue inmediato y severo. Durante la semana de paro, las pérdidas económicas para empresarios y exportadores fueron inmensas.
¿Cuál fue la respuesta de las grandes operadoras marítimas? Las navieras se vieron forzadas a redirigir sus buques y trasbordos hacia puertos alternativos en Buenos Aires o Brasil, un síntoma del "daño invisible" a la reputación del país, reconocido incluso por el titular de la ANP. Esta estrategia profundiza una tendencia de cancelación de recaladas que ya preocupaba a mitad de año.
Un nuevo foco de tensión se desarrolla en la gestión de cruceros. La ANP decidió cancelar nuevamente la licitación para el servicio de transporte de pasajeros (vans y remises) desde el interior del puerto. Este proceso, iniciado en junio, fue objeto de impugnaciones tras modificaciones en los criterios de adjudicación, dejando a los turistas sin un servicio de transporte definido, a pesar de que la temporada ya ha comenzado. Esta falta de coordinación amenaza con extender las medidas de fuerza a los buques turísticos en caso de que el conflicto principal con TCP se reactive.
Redacción por DataPortuaria