

La competitividad del sector ganadero en las regiones tropicales y subtropicales de Argentina se ve directamente afectada por la garrapata bovina, un parásito que genera severas pérdidas económicas. Frente a esta problemática, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) propone una estrategia de control integrado que combina diferentes técnicas para proteger la salud de los rodeos y mejorar la producción.
Según Victoria Rossner, investigadora del INTA Colonia Benítez, la garrapata provoca menor ganancia de peso, desvalorización del cuero por lesiones y la transmisión de enfermedades. Su distribución se concentra en el norte del paralelo 31, donde las condiciones de humedad y calor son ideales para su proliferación.
La estrategia propuesta por el INTA integra tres herramientas principales. La primera es el uso estratégico de acaricidas químicos en momentos clave del ciclo de vida del parásito. La segunda es la rotación y descanso de potreros, una técnica que interrumpe la presencia de larvas en el ambiente. Finalmente, el uso de biotipos bovinos resistentes es una herramienta genética que limita de forma natural la infestación.
Los resultados de esta estrategia son promisorios. Estudios realizados con bovinos en crecimiento mostraron ganancias de peso anuales de entre 18 y 42 kilos al aplicar estos protocolos de control. La investigadora Rossner destaca que la combinación de dos o más técnicas, evitando depender solo de los químicos, es crucial para retrasar la resistencia del parásito a los acaricidas. Este enfoque de mediano y largo plazo, concentrando los tratamientos en épocas específicas como la salida del invierno, busca un efecto duradero en las poblaciones de garrapatas.
Redacción por DataPortuaria