

La faena de ganado bovino en Argentina ha mostrado una desaceleración durante el último mes, lo que ha generado interrogantes en el sector. Aunque la cantidad de cabezas faenadas en septiembre fue similar a la de agosto, un análisis ajustado por días hábiles revela una caída del 8,3% mensual y del 7,7% interanual. Esta reducción, la más significativa en más de un año, sugiere un posible punto de inflexión en el ciclo de faena, aunque analistas del Rosgan (Mercado Ganadero de Rosario) advierten que aún es prematuro confirmar un cambio estructural.
La incertidumbre electoral y la alta volatilidad de los mercados parecen ser factores clave en esta dinámica. La actividad en los feedlots (corrales de engorde) también refleja una retracción. Por tercer mes consecutivo, el número de vacunos en los corrales ha disminuido, un proceso que el informe describe como un "vaciado moderado". En septiembre, el índice de reposición (animales que ingresan vs. los que salen) fue de 0,76, lo que indica un menor ritmo de encierre.
Una variable que podría estar alterando el comportamiento tradicional de la cadena de producción es el creciente protagonismo de la recría pastoril. Cada vez más terneros pasan por una etapa intermedia a pasto antes de ser llevados a los corrales. El informe de Rosgan señala que, en lo que va del año, solo el 23% de los terneros ingresó directamente al feedlot, una cifra inferior a la de años anteriores.
Curiosamente, a pesar de que los corrales reciben menos animales de entrada, su participación en la faena total sigue aumentando, pasando del 33-34% al 36-37%. Esta tendencia sugiere que los feedlots están faenando animales con mayor peso y mejor terminación, un resultado directo de esa recría previa en pasturas. Este cambio podría conducir a un nuevo equilibrio productivo, en el que la ganadería argentina logre una oferta de carne más sostenida y eficiente, aprovechando de forma óptima los recursos forrajeros.
Si bien los indicadores apuntan a una posible transformación estructural, el contexto político y económico actual influye de manera decisiva en las decisiones de los productores. La volatilidad cambiaria y las expectativas ante un nuevo gobierno generan cautela, lo que puede explicar la retención de hacienda. Los próximos meses serán determinantes para discernir si la reciente caída en la faena fue solo un movimiento táctico o el inicio de una nueva fase en la producción de carne bovina en el país.
Redacción por DataPortuaria