

El buque científico Falkor Too zarpó del Puerto de Buenos Aires con tres días de retraso, tras una demora por “dilaciones administrativas y decisiones políticas”. La expedición, llamada Ecos de 2 cañones, estuvo en vilo hasta que el contraalmirante Hernán Jorge Montero firmó el convenio con el Schmidt Ocean Institute, propietario del buque. El costo de mantenimiento diario del buque se estima en 150.000 dólares.
La demora generó frustración entre los 30 investigadores a bordo y fue interpretada por algunos como una muestra de desdén hacia el trabajo de la comunidad académica. El trasfondo político no pasó inadvertido, ya que la firma del convenio podría haber resultado incómoda para un ministro en plena campaña electoral.
Superada la tormenta en tierra, la tripulación se enfrenta a un desafío científico de gran magnitud. La misión Ecos de 2 cañones prevé cartografiar el fondo marino, desplegar boyas con sensores, operar vehículos submarinos de control remoto y recolectar muestras de agua, plancton y sedimentos.
Bajo la dirección de la oceanógrafa Silvia Inés Romero, el equipo de científicos buscará descifrar la interacción entre la morfología del talud continental y la vida marina en una zona de cañones submarinos a 135 millas náuticas al sur de Mar del Plata.
Los datos obtenidos serán fundamentales para comprender la riqueza pesquera del Mar Argentino y, por lo tanto, para reforzar la soberanía sobre uno de los recursos más codiciados del país. Al igual que en la misión anterior, parte de las operaciones se podrá seguir en tiempo real a través de las redes sociales y YouTube.
Redacción por DataPortuaria