

Representantes de empresas elaboradoras de biodiésel solicitaron al Senado que se dé tratamiento a un proyecto para actualizar la Ley de Biocombustibles (Ley 27.640). El pedido fue realizado en el ámbito de la Comisión de Industria y Comercio del Senado, con el objetivo de evitar la inminente “implosión” de la industria.
En la reunión, los representantes de las aceiteras y las empresas no integradas, aunque coinciden en la necesidad de actualizar la normativa, plantearon sus diferencias. Las aceiteras proponen desregular el mercado para que el corte obligatorio del biocombustible con gasoil se cumpla a través de licitaciones públicas, mientras que las empresas no integradas piden un esquema que les asegure una porción de mercado.
Gustavo Idígoras, de CIARA-CEC, sostuvo que mientras Brasil y EE. UU. han desarrollado una industria potente de biodiésel, Argentina se quedó “en una discusión anacrónica”. El representante de la industria aceitera remarcó que el país debe prepararse para atender la creciente demanda de combustible sostenible para aviación (SAF) y para buques marítimos.
Víctor Castro, de Carbio, señaló que, a pesar de las restricciones de divisas en el país, “seguimos importando gasoil y eso implica importar mano de obra extranjera cuando tenemos las plantas de biodiésel paradas”. Javier Preciado Patiño, de RIA Consultores, advirtió que la producción de soja en Argentina está estancada desde 2015/16, a diferencia de Brasil y EE. UU..
Marcelo Kusziniers, presidente de Casfer, pidió que el corte de biodiésel se eleve al menos al 15%, y aseguró que la industria de la “vaca viva” no es incompatible con el desarrollo de Vaca Muerta. Por su parte, directivos de Explora, como Hilarión del Olmo y Axel Boerr, comentaron que la falta de lógica de importar gasoil mientras las plantas de biodiésel están paradas, ya que “de cada tres litros de gasoil que se venden en la Argentina, sólo tres se producen en el país y el cuarto es o bien gasoil importado o biodiésel argentino”.
Redacción por DataPortuaria