

El Ministerio de Puertos y Aeropuertos (MPor) de Brasil ha manifestado su postura a favor de restringir la participación de los operadores existentes en la próxima licitación de la Terminal de Contenedores de Santos 10 (Tencon), una de las concesiones más esperadas del sector portuario brasileño. La posición oficial fue comunicada al Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) en un documento que consolida la decisión de la Agencia Nacional de Transportes Acuáticos (Antaq) de excluir a las empresas que ya gestionan terminales en el puerto paulista.
De acuerdo con información divulgada por el medio A Tribuna
, el ministerio argumenta que la medida es necesaria para evitar la concentración del mercado y garantizar la presencia de un operador neutral, capaz de estimular la competencia. Según la cartera, esto resultará en la reducción de las tarifas y una mejora en la calidad del servicio a largo plazo, ya que, sin estas restricciones, algunos grupos podrían expandir aún más su dominio en el principal puerto de la región.
El documento entregado al TCU destaca que el propósito de una infraestructura portuaria pública no debe focalizarse en maximizar los ingresos inmediatos, sino en asegurar la eficiencia y la competitividad de la cadena logística. Si bien una subasta más abierta podría elevar el valor inicial de la concesión, el ministerio sostiene que también pondría en riesgo la neutralidad de la terminal y limitaría la diversidad de opciones para los usuarios y las compañías navieras.
Estrategia para un mercado neutral
El dictamen subraya que en un mercado ya concentrado, las soluciones de control de acceso resultan costosas y difíciles de aplicar, por lo que se requieren medidas estructurales claras. “Un puerto neutral permitiría la entrada de armadores independientes y el desarrollo de rutas más competitivas, reduciendo la vulnerabilidad del país frente a la reconfiguración geopolítica global”, sostiene el documento.
Adicionalmente, el Ministerio sugirió al Tribunal de Cuentas de la Unión evaluar una subasta de dos fases, siguiendo las directrices de Antaq. Esta estrategia contemplaría una fase inicial con exigencias rigurosas y un precio base acorde al valor del activo. En caso de una baja participación, se activaría una segunda etapa con términos menos restrictivos.
Finalmente, el ministerio ha ratificado su compromiso de realizar la licitación en 2025, en sintonía con Antaq y con las orientaciones del Tribunal. El énfasis, concluye, no radica en elevar el valor de la concesión, sino en asegurar que la terminal más estratégica de la región quede en manos de un operador independiente que fortalezca la competitividad del sistema portuario brasileño.
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