

La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) opera el “Disruption Charge”, una tarifa destinada a reducir retrasos e incidentes durante los tránsitos y a incentivar que los buques reporten sus deficiencias de manera oportuna. Este recargo, según un reporte de Gard, se aplica a buques cuyos cruces se abortan o interrumpen debido a condiciones o deficiencias presentes antes o durante la maniobra.
Los recargos se clasifican como de “bajo impacto” o “alto impacto” y pueden ir desde US$ 15.000 hasta US$ 250.000, sumados a los costos adicionales por servicios marítimos como remolcadores y practicaje. Desde el 1 de julio de 2023, el recargo también se aplica a los movimientos dentro del canal.
Entre los incidentes que han derivado en recargos se encuentran fallas de maquinaria con sanciones de hasta US$ 250.000, problemas estructurales como corrosión en tanques de carga, exceso de calado (que generó un recargo de US$ 125.000), y condiciones ambientales o de equipo fuera de los rangos establecidos.
Para evitar la aplicación de estos recargos, se recomienda a las navieras y capitanes familiarizarse con la normativa del canal, realizar inspecciones previas a la llegada y salida para detectar posibles fallas, y reportar cualquier deficiencia con al menos 96 horas de antelación a través de la Ventanilla Única Marítima de Panamá (VUMPA).
Redacción por DataPortuaria