

Por: Mg. Mario Goicoechea
Texas y Mississippi son mucho más que estados en el mapa; son arterias fundamentales en el sistema circulatorio del comercio global. Sus corredores logísticos, una red compleja de puertos, carreteras y vías férreas, canalizan billones de dólares en mercancías, sosteniendo la balanza comercial de Estados Unidos y asegurando la llegada de productos a todo el país.
La relevancia de los corredores de Texas y Mississippi trasciende el mero transporte de mercancías. Estos corredores constituyen la infraestructura que conecta las industrias estadounidenses con los mercados globales, asegurando la cadena de suministro de sectores vitales como la energía, la agricultura y la tecnología.
Fuente: Asociación Peruana de Agentes Maritimos
El corredor logístico de Texas es, por derecho propio, una superpotencia, representando la columna vertebral del comercio terrestre con México, el principal socio comercial del estado. Por sus autopistas, específicamente la I-35 y la I-10, y sus puertos, como el de Houston, fluye una vasta cantidad de bienes. Según la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) en 2024, Texas lideró el país en exportaciones, con un valor de 455 mil millones de dólares.
Fuente: Texas Department of Transportation
El comercio con México constituyó el 27% de este total, con cruces fronterizos como Laredo y El Paso fungiendo como puntos de intercambio cruciales.
La mercancía que transita por este corredor es tan diversa como la economía del país, aunque predominantemente energética.
De acuerdo con la Administración de Información de Energía de EE. UU. (EIA), Texas produce más del 40% del petróleo crudo de la nación. Tan solo en marzo de 2024, la producción estatal superó los 139 millones de barriles, un volumen que se moviliza a través de los corredores logísticos del estado para abastecer tanto el mercado interno como la exportación global.
Las importaciones se centran en electrónicos, autopartes y maquinaria. La interconexión de estos bienes con las industrias de manufactura y energía de la región subraya la importancia estratégica de Texas. Aunado a esto, el corredor de Texas no solo moviliza el comercio con México, sino que también funge como un eje central para el sector energético del país.
Sus puertos son fundamentales para las exportaciones de petróleo y gas natural, mientras que sus carreteras y vías férreas distribuyen combustibles y productos derivados a lo largo de Norteamérica. Esta red permite que Estados Unidos mantenga su posición como una potencia energética global.
Las exportaciones de Mississippi se concentran en productos agrícolas como algodón y soja, equipos de transporte y productos químicos.
El sistema de esclusas y presas del río permite que barcazas y embarcaciones naveguen con carga pesada, conectando el corazón agrícola de Estados Unidos con los puertos del Golfo de México y, de ahí, al mercado global.
Según la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos, en 2024, Mississippi exportó 13,700 millones de dólares. Este dato sitúa al estado en el puesto 31 a nivel nacional en cuanto a exportaciones.
Sus puertos costeros, como el de Pascagoula, complementan esta red, manejando millones de toneladas de carga. Sin esta eficiente red, sería mucho más costoso y complejo para los agricultores del "cinturón del maíz" (Corn Belt) llevar sus cosechas a los mercados internacionales, lo que afectaría la competitividad de las exportaciones agrícolas estadounidenses.
La innegable relevancia del río Mississippi como una de las principales "supercarreteras" agrícolas de Estados Unidos es un hecho.
De acuerdo con el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA), aproximadamente el 60% de las exportaciones de granos del país (incluyendo maíz, soja y trigo) se movilizan a través de su sistema de barcazas.
En una única semana de septiembre de 2023, el volumen de granos transportados en barcazas totalizó 376.787 toneladas, cifra que demuestra la eficiencia de esta red para vincular el "cinturón del maíz" con los puertos del Golfo.
Fuente: USDA - Corn Belt
En conjunto, la sinergia entre estos dos corredores confiere a la red logística del sur una robustez considerable. Mientras que Texas encabeza el comercio terrestre con México y las exportaciones energéticas, Mississippi complementa esta capacidad con su fortaleza en el transporte de carga a granel. Esta combinación garantiza la constancia en el flujo de bienes esenciales, tanto de exportación como de importación, lo que salvaguarda la resiliencia económica de Estados Unidos frente a interrupciones y fluctuaciones en el comercio global.
El proyecto "Corredores de Carga Conectados" (Connected Freight Corridors), desarrollado por el Departamento de Transporte de Texas (TxDOT), es una iniciativa de gran envergadura destinada a modernizar y optimizar la red logística del estado. Su objetivo principal no es solo mejorar la fluidez del tráfico, sino también integrar tecnología inteligente para transformar la forma en que las mercancías se mueven a través de Texas.
Este proyecto busca abordar los desafíos de la congestión y la seguridad en las principales rutas de carga del estado, como las carreteras interestatales I-35, I-10 e I-45. Para lograrlo, se centra en la implementación de un sistema de comunicación integral entre los camiones, la infraestructura vial y los centros de gestión de tráfico.
Fuente: TXDOT - I-35
En la práctica, esto se traduce en la instalación de sensores en la carretera, cámaras de alta definición y unidades de comunicación a lo largo de los corredores clave. Estos dispositivos recopilan datos en tiempo real sobre la velocidad, el volumen de tráfico, incidentes y condiciones meteorológicas. Esta información se transmite a un centro de operaciones, que a su vez la procesa para ofrecer a los conductores y a las empresas de logística información precisa y actualizada.
Existe un consenso unánime en cuanto a la fundamentalidad de la inversión en estos corredores para el crecimiento y la competitividad de los Estados Unidos.
La verdadera prueba de su resiliencia radicará en la capacidad de expandir su infraestructura y en su adaptación a las demandas futuras. A medida que la automatización, los vehículos autónomos y la necesidad de cadenas de suministro más sostenibles adquieran mayor relevancia, estos corredores logísticos, ya constituidos como arterias vitales, se consolidarán como el pilar fundamental para asegurar la prosperidad económica de la nación en las próximas décadas.