

El tifón Ragasa, considerado la tormenta más fuerte del planeta en lo que va de 2025, ha golpeado con fuerza a las islas de Filipinas y a las regiones montañosas de Taiwán, provocando deslizamientos de tierra e inundaciones. El fenómeno obligó a evacuar a más de un millón de personas en el sur de China y ahora avanza hacia la provincia de Guangdong, donde se encuentran las ciudades de Shenzhen y Guangzhou.
Como medida de prevención, los puertos de Shenzhen y Nansha cerraron sus operaciones desde el 22 de septiembre. También se suspendieron las actividades en los terminales de Shekou, Chiwan, Mawan y Dachan Bay. Se espera que permanezcan paralizados hasta que las condiciones meteorológicas mejoren. La situación amenaza con agravar la congestión logística en el sudeste asiático, donde los retrasos en el transporte marítimo ya promedian entre dos y tres días.
El transporte aéreo de la región también se ha visto afectado. El Centro de Aviación Comercial de Hong Kong informó que la mayoría de los aviones comerciales fueron trasladados fuera del territorio antes de la llegada del tifón. Todos los aterrizajes y salidas en el aeropuerto de Hong Kong —el de carga más transitado del mundo y noveno en tráfico de pasajeros— quedaron cancelados durante 36 horas.
Cathay Pacific Airways, la aerolínea más grande de Hong Kong, canceló más de 500 vuelos y advirtió que el tifón tendrá un “impacto significativo” en sus operaciones. Se espera una reanudación gradual de sus servicios entre el jueves y el viernes.
Redacción por DataPortuaria