

Por: DataPortuaria
La industria portuaria argentina muestra un crecimiento constante en su demanda energética. Según un informe de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (CAMMESA), el sector de "cargas y puertos" se destacó por un aumento en su consumo en 2024. Este incremento de actividad intensifica la presión sobre los costos, ya que los gastos energéticos representan un componente crítico de la estructura de costos portuaria, rondando entre el 35% y el 40% del total.
En este contexto, la implementación de la energía solar fotovoltaica se presenta como una alternativa. La Ley 27.191 establece la meta de que el 20% del consumo de energía eléctrica nacional provenga de fuentes renovables para fines de 2025. Al invertir en esta tecnología, los puertos no solo satisfacen sus propias necesidades, sino que también contribuyen directamente a este objetivo.
La viabilidad económica es un factor fundamental. Si bien la inversión inicial puede ser alta, el costo de la tecnología fotovoltaica ha disminuido drásticamente en los últimos años. Los sistemas solares tienen una vida útil de 25-30 años, lo que garantiza un retorno de la inversión (ROI) a largo plazo.
La infraestructura portuaria dispone de una vasta disponibilidad de espacios aptos para la instalación de paneles solares, lo que propicia su integración y escalabilidad.
La implementación de la energía solar en los puertos representa una valiosa oportunidad para incrementar la eficiencia y la sostenibilidad. Las extensas cubiertas de almacenes, depósitos y edificios administrativos se erigen como superficies idóneas para la instalación de paneles fotovoltaicos, sin requerir espacio adicional. Asimismo, la energía generada puede destinarse a la carga de baterías de grúas y demás equipos de manipulación de carga, lo que redundaría en una significativa reducción del consumo de diésel.
Un aspecto crucial radica en la iluminación y señalización, las cuales exigen un consumo energético considerable en muelles y patios de contenedores. Al alimentar estos sistemas mediante energía solar, ya sea de forma autónoma o interconectada a la red, se consigue una reducción en los costos operativos. Finalmente, en consonancia con el avance de la industria portuaria hacia la electrificación de sus flotas, la implementación de la energía solar para abastecer estaciones de carga de vehículos y camiones eléctricos posibilita la consecución de un ciclo de sostenibilidad integral.
El principal atractivo de la energía solar radica en su propuesta económica. Diversos portales especializados en el sector, como Portal Solar, indican que las empresas industriales en Argentina pueden lograr una reducción en sus facturas de energía que oscila entre el 30% y el 60% mensualmente. El retorno de la inversión para estas instalaciones industriales se estima entre 3 y 7 años.
La integración de los Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS) representa la solución tecnológica óptima para atenuar la naturaleza intermitente de la energía solar.
La energía solar fotovoltaica constituye una alternativa sumamente viable y beneficiosa para las instalaciones portuarias y el ámbito marítimo en Argentina. Su implementación no solo promueve la sostenibilidad ambiental, sino que también genera importantes ventajas económicas y operativas, en alineación con las directrices globales de descarbonización.
El uso de energía solar reduce la huella de carbono de los puertos. Al generar electricidad a partir del sol, se disminuye la dependencia de los combustibles fósiles, como el diésel, que se usan para las grúas, la iluminación y otras operaciones. Esto no solo ayuda a Argentina a cumplir sus compromisos climáticos, sino que también mejora la imagen corporativa de los puertos, atrayendo inversiones y clientes que valoran la sostenibilidad. La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminantes del aire especialmente en áreas densamente pobladas cercanas a los puertos.
A escala global, se evidencian múltiples ejemplos de puertos que han implementado con éxito la energía solar, como el Puerto de Amberes en Bélgica y el Puerto de Long Beach en EE. UU., los cuales han instalado extensos parques solares en sus infraestructuras. Estos casos corroboran la viabilidad técnica y operativa de dicha tecnología en contextos portuarios.
En Argentina, la irradiancia solar es excepcionalmente favorable en gran parte del territorio nacional, lo que asegura una elevada producción de energía a lo largo de todo el año. La inversión en energía solar en los puertos no solo impulsa su modernización, sino que también los posiciona como referentes en innovación y sostenibilidad a nivel regional.