

En un escenario donde la reconversión productiva es clave, Catamarca comienza a mirar con atención a la nuez pecán. Con un alto valor económico y creciente demanda, este cultivo se presenta como una oportunidad estratégica para los productores que buscan alternativas viables en zonas áridas. Desde el INTA Catamarca se impulsó la incorporación de cultivares de pecán, evaluando ocho variedades en ensayos experimentales. Tras varios ciclos de observación, cuatro se destacaron por su adaptación y calidad de frutos.
Según el investigador del INTA Catamarca, Eber Delgado, se evaluaron aspectos como la fenología, los requerimientos de frío y calor, la adaptación a los suelos locales, las necesidades hídricas, la sanidad vegetal y la oferta ambiental. Este conocimiento es la base para orientar futuras implantaciones y sentar un camino de expansión productiva. Actualmente, Catamarca cuenta con unas 450 hectáreas implantadas, en su mayoría en etapa de consolidación.
El desafío en zonas áridas exige prácticas de manejo cuidadosas desde el inicio. Los especialistas recomiendan adquirir plantas de viveros confiables, con raíces sanas y trazabilidad asegurada. El riego resulta determinante, por lo que la sugerencia es implementar sistemas presurizados que permitan una aplicación eficiente y programada según la demanda estacional.
El pecán todavía está dando sus primeros pasos en Catamarca, pero los ensayos, la superficie en crecimiento y la articulación entre investigación y productores dibujan un horizonte alentador. La combinación de valor nutritivo y cualidades organolépticas explica su creciente inserción en mercados nacionales e internacionales. Con cultivares adaptados y acompañamiento técnico, la provincia podría posicionarse en el futuro como un polo de producción de nuez pecán en el país.
Redacción por DataPortuaria