

La obra, que tenía un presupuesto inicial de 5,8 millones de dólares y fue adjudicada en 6,5 millones, se ha visto afectada por una serie de inconvenientes. Según reconocieron desde el Consorcio Portuario, hubo tanto eventos hidrometeorológicos como operativos que impidieron el avance normal de las tareas, obligando a la draga a repasar zonas ya trabajadas.
Desde el Consorcio Portuario explicaron que las interrupciones se debieron a distintos factores. Durante la zafra de calamar, el intenso movimiento de buques poteros y de los portacontenedores obligó a la draga a frenar su actividad y liberar el canal, lo que generó demoras considerables.
Además, los fenómenos hidrometeorológicos de mayo y junio provocaron un nuevo aporte de sedimentos a los canales de acceso, requiriendo que la embarcación volviera a trabajar en zonas que ya se habían dragado. A esto se suma que la draga, aprovechando su estadía en la zona, realizó trabajos adicionales en las inmediaciones de los diques flotantes de SPI para una profundización extra.
Aunque no cobra por metro cúbico removido, la empresa española debe certificar que se alcanzaron las profundidades requeridas en el pliego al finalizar la obra. Con la continua llegada de sedimentos, la finalización del dragado sigue sin tener una fecha precisa.
Redacción por DataPortuaria