

Este panorama se enmarca en un contexto de tensiones comerciales persistentes, especialmente con China. Si bien una extensión de 90 días sobre los aranceles del 30% a las exportaciones chinas generó un breve aumento en la demanda marítima, la tendencia de las tarifas de fletes ha sido a la baja. De hecho, los arribos de contenedores a EE. UU. probablemente alcanzaron su pico en julio, anticipando el vencimiento de los aranceles, y desde entonces las tarifas spot de Asia a EE. UU. han caído entre un 60% y un 70%.
La caída sostenida de las tarifas de fletes es una realidad. El Baltic Freightos Index (FBX) registró un retroceso del 10% en la ruta Asia a la Costa Oeste de EE. UU., alcanzando su nivel más bajo desde diciembre de 2023. En la ruta hacia la Costa Este, los valores cayeron un 21%, acumulando un retroceso del 34% en agosto.
En paralelo, el sector del e-commerce también enfrenta desafíos regulatorios. La suspensión de la exención de de minimis para importaciones chinas provocó una caída de hasta el 50% en los envíos B2C, lo que redirigió el flujo de exportaciones chinas hacia Europa. Este viraje ha encendido el debate en el Viejo Continente sobre la conveniencia de poner fin a las mismas excepciones para su mercado, lo que podría redefinir la competencia entre el retail local y las plataformas chinas. Expertos advierten que este escenario de decisiones políticas y demandas judiciales obliga a los actores del comercio internacional a navegar en un terreno de inestabilidad, donde cada medida tiene efectos directos en las cadenas de suministro.
Redacción por DataPortuaria