

La empresa metalúrgica mendocina IMPSA, adquirida este año por el consorcio IAF -cuyo socio principal es la estadounidense Arc Energy-, se está preparando para reactivar su negocio de fabricación y exportación de grúas portuarias. La estrategia de la compañía apunta a participar en una serie de licitaciones que se abrirán este año en los Estados Unidos. La reactivación de este mercado es propicia, ya que el gobierno de Donald Trump y el Congreso estadounidense están avanzando en regulaciones que buscan reemplazar las grúas de origen chino en los puertos.
Directivos de IMPSA concluyeron recientemente un viaje de negocios por los EE. UU. con el objetivo de fortalecer su presencia, especialmente en los puertos de la costa Este y de Florida. La empresa planea presentarse a las licitaciones para instalar grúas en los puertos de Miami Dale y Jacksonville. La presentación de los pliegos está prevista para septiembre, con las ofertas a finales de año.
IMPSA fabricará las grúas en sus instalaciones de Mendoza, importando algunos materiales de los EE. UU. para cumplir con la normativa Build America, Buy American (BABA), que forma parte de la Ley de Infraestructura Bipartidaria. Además, la empresa evalúa la posibilidad de construir una instalación en Florida para la terminación final de las grúas.
Esta estrategia busca que IMPSA recupere el terreno que perdió en este mercado frente a la competencia asiática. El decreto presidencial de Trump, firmado en abril, sugiere imponer aranceles a las grúas chinas por motivos de seguridad nacional. También avanza en el Congreso legislación como la ley "Shipbuilding and Harbor Infrastructure for Prosperity and Security for America Act" (SHIPS), que podría frenar el ingreso de grúas chinas y forzar el reemplazo de las existentes.
En paralelo a su agenda comercial, IMPSA presentó una propuesta judicial para reestructurar su deuda de USD 570 millones con acreedores como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Nación, el BICE y el grupo Moneta. El plan, que será sometido a la aprobación de sus acreedores el 15 de octubre, busca reprogramar el cronograma de vencimientos sin quitas de capital. El capital de la deuda se amortizaría en nueve cuotas anuales, desde 2036 hasta 2044.
La empresa considera que este plan permitirá preservar la continuidad de sus operaciones, su tecnología, los puestos de trabajo para sus más de 600 empleados y la actividad de más de 100 PyMEs que trabajan con la compañía.
Redacción por DataPortuaria