

El transporte marítimo global enfrenta un punto de inflexión regulatorio con la implementación del Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea (EU ETS). El próximo 30 de septiembre de 2025 es la fecha límite para que las navieras realicen su primer pago, que corresponde al 40% de las emisiones de CO₂ registradas durante 2024.
Según un análisis de Drewry, aproximadamente 13.000 buques reportaron emisiones en la plataforma EU MRV (Monitoring, Reporting and Verification), sumando un total de 90 millones de toneladas de CO₂, un 14% más que el año anterior. Este aumento se atribuye a factores geopolíticos que obligaron a muchos buques a desviar sus rutas por el Cabo de Buena Esperanza en lugar del Canal de Suez, lo que incrementó las distancias y el consumo de combustible.
El sector de los portacontenedores es el que más contribuye a estas emisiones, siendo responsable del 34% del total, a pesar de que solo representa el 16% de la flota registrada.
Drewry estima que el costo total de cumplimiento este año, con un precio de 76,30 dólares por tonelada de CO₂, alcanzará los 2.900 millones de dólares. El costo podría ascender a 7.500 millones de dólares cuando el período de transición finalice en 2026 y se incluyan otros gases de efecto invernadero. En promedio, cada buque Ro-Pax y de pasajeros deberá pagar alrededor de 1 millón de dólares, mientras que los portacontenedores afrontarán un costo promedio de 500.000 dólares.
Para enfrentar estos nuevos costos y regulaciones, las navieras están adoptando diversas estrategias, como la inversión en eficiencia energética, la instalación de dispositivos de ahorro de combustible, el uso de biocombustibles sostenibles y la modernización de los buques con pinturas de baja fricción y combustibles alternativos.
Grandes operadores como Maersk, CMA CGM y Hapag-Lloyd han introducido recargos transparentes para cubrir los costos del EU ETS y, al mismo tiempo, promocionan servicios "verdes". Estas iniciativas, como ECO Delivery de Maersk y Ship Green de Hapag-Lloyd, ofrecen a los clientes la posibilidad de reducir sus emisiones a través del transporte con combustibles alternativos.
La entrada en vigor del EU ETS y la nueva normativa FuelEU Maritime en 2025 buscan transformar el sector, elevando la demanda de buques más limpios y tecnologías sostenibles. La Organización Marítima Internacional (OMI) también está trabajando en un Marco Net-Zero, que podría alinearse con las normas europeas.
Drewry concluye que estas regulaciones marcan el fin de la era de las reducciones voluntarias de emisiones y hacen que los "contaminadores" sean responsables. El desafío para los armadores no es solo cumplir, sino convertir estas exigencias en una ventaja competitiva a largo plazo.
Redacción por DataPortuaria