

Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo, han acordado extender su tregua comercial por otros 90 días, una medida que ofrece un respiro muy necesario a la incertidumbre que ha dominado los mercados globales durante meses. La decisión se produce en un momento de alta tensión, donde las tarifas mutuas impuestas por ambos gobiernos han afectado las cadenas de suministro y el comercio internacional.
La tregua, que funciona como una pausa estratégica en la guerra comercial, busca dar un nuevo plazo para que las negociaciones permitan a ambas naciones encontrar un camino hacia un pacto comercial más amplio.
Desde que asumió la presidencia, la administración de Donald Trump ha puesto en marcha una política de aranceles de dos dígitos que ha trastocado el sistema de comercio mundial, afectando a la mayoría de los países. Si bien el objetivo es proteger las industrias estadounidenses y reequilibrar la balanza comercial, la implementación de un acuerdo definitivo con China ha demostrado ser una de las asignaturas pendientes más desafiantes.
Durante los próximos tres meses, los equipos de negociación se centrarán en resolver las principales diferencias que han bloqueado un pacto. Estas van mucho más allá del simple intercambio de bienes, e incluyen cuestiones complejas como la protección de la propiedad intelectual, el acceso a los mercados y las transferencias forzadas de tecnología.
Redacción por DataPortuaria