

Tras más de diez meses de inactividad y un conflicto gremial que recortó 60 días de la zafra 2025, la flota tangonera congeladora inició su regreso al mar desde distintos puertos del país, reactivando la pesca de langostino.
Desde el 19 de septiembre de 2024, la flota permaneció inmovilizada en puerto. Esta inactividad prolongada fue consecuencia de las negociaciones entre las cámaras empresarias del segmento congelador y los gremios de la marinería, como el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y el Sindicato Marítimo de Pescadores (SIMAPE). En un acto de entendimiento, las partes firmaron un acuerdo el 1 de agosto pasado que permitió que la reactivación comenzara a materializarse al día siguiente, el sábado 2 de agosto. El acuerdo con el SOMU se suma a los ya rubricados con SICONARA y Capitanes, marcando un punto de inflexión en un conflicto que amenazaba con fragmentar al sector.
Desde el puerto de Buenos Aires, el buque congelador Mar Esmeralda fue el primero en zarpar para iniciar un derrotero de 660 millas náuticas hacia las subáreas 8 y 12, recientemente abiertas a la pesca de langostino. Horas más tarde, el Aresit emprendió el mismo derrotero.
El movimiento se replicó en distintos puntos estratégicos de la costa. En Puerto Rosales, una nutrida flota de doce buques (incluyendo el Valiente II, Mara I y Jueves Santo) zarpó entre el mediodía y últimas horas del 3 de agosto. En Puerto Deseado, una caravana compuesta por los congeladores Empesur VIII, Empesur VII, Miércoles Santo y Mar María partió hacia las zonas de pesca de langostino.
Puerto Madryn registró un inicio más moderado, con los buques de Conarpesa (Antonio Álvarez, Fernando Álvarez y Conarpesa I) emprendiendo el mismo derrotero. La expectativa se concentra en Mar del Plata, donde la flota de Luis Solimeno e Hijos ultimaba preparativos para zarpar, mientras que el Grupo Moscuzza se alista para los próximos días.
La reactivación de la flota marca no solo el reinicio de la actividad pesquera tras meses de parálisis, sino también el retorno de un flujo laboral sostenido en los puertos y plantas procesadoras, recuperando —aunque sea parcialmente— la normalidad en la generación de empleo directo e indirecto que la industria del langostino representa para las comunidades costeras.
Redacción por DataPortuaria
Fuente: Antonella - Pescare