

En un contexto de creciente presión sobre las cadenas globales de suministro, China ha desplegado un ambicioso proyecto para digitalizar sus aduanas y convertirlas en un eje estratégico del comercio futuro. A través de inteligencia artificial, macrodatos, automatización y cooperación internacional, el país asiático propone una redefinición profunda del modelo de control fronterizo.
Este enfoque, denominado “aduanas inteligentes”, trasciende la mera digitalización de trámites. Se trata de un sistema integral que combina vigilancia no intrusiva, gestión automatizada de riesgos, procesos coordinados y conectividad. En la práctica, ya se registran resultados medibles que anticipan una transformación replicable a nivel global.
China, la mayor potencia comercial, ha rediseñado sus métodos de supervisión. El corazón del sistema reside en el uso de inteligencia artificial para detectar irregularidades en imágenes de escáneres, prever riesgos fiscales y agilizar la toma de decisiones. Cientos de sistemas de inspección no intrusiva basados en IA han automatizado la detección de productos ilegales, y modelos de selección inteligente para riesgos fiscales han mejorado la recaudación. Según datos oficiales, durante los primeros once meses de 2024, las herramientas automatizadas fueron responsables del 4,32% de las operaciones de selección, con una tasa de incautación 7% superior a la manual. Esto redefine el rol de las aduanas como nodos de información y análisis predictivo.
Además de fortalecer el control, estas tecnologías facilitan el flujo de mercancías y personas. En el aeropuerto de Shanghái, un sistema inteligente de inspección de pasajeros redujo el tiempo de despacho para un vuelo de 300 pasajeros a solo 30 minutos. En el plano terrestre, se realizaron pruebas con vehículos autónomos para el transporte de carga entre China y Mongolia. También se avanza en herramientas integradas para el despacho automatizado de equipaje y carga, reduciendo tiempos a menos de 20 minutos por vuelo.
El sistema se apoya en la integración entre niveles locales y centrales, y la articulación con organismos internacionales. China desarrolló 132 aplicaciones tecnológicas regionales y 12 proyectos transversales a nivel central. A nivel global, el país impulsa la cooperación a través de la Asociación para Aduanas Inteligentes y colabora con la Organización Mundial de Aduanas (OMA). La aprobación de un Centro de Excelencia Aduanera para los países BRICS fomentará el intercambio de prácticas y estándares para un comercio más transparente y seguro.
El modelo chino, basado en planificación estratégica, avances tecnológicos, integración de procesos y comparativa global, podría ser replicado por otros países que busquen modernizar sus estructuras aduaneras sin comprometer seguridad ni eficiencia. En un mundo donde la logística y el comercio exterior son fundamentales, las aduanas inteligentes marcan la diferencia entre flujos ágiles y cuellos de botella.
Redacción por DataPortuaria
Fuente: Movant Connection