

La logística ha vuelto a posicionarse como una preocupación central para la industria argentina. Según la II Encuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA), difundida en junio de 2025, uno de cada diez exportadores dejó de vender al exterior durante el último año. Entre las razones principales, se destacan los altos costos logísticos y la pérdida de competitividad.
El informe, basado en una muestra de 621 empresas industriales de todo el país, revela que el 31,1% de las firmas relevadas experimentó caídas en sus exportaciones durante el primer cuatrimestre del año. Si bien un 15,2% logró incrementarlas, la tendencia general marca un retroceso sostenido en el frente externo.
Un dato significativo es que el 11,4% de las empresas dejó directamente de exportar. De estos casos, el 57,8% lo atribuyó a problemas de competitividad y costos internos, y el 10,8% a dificultades específicas en logística y fletes. Al sumar los desafíos cambiarios (31,3%), el panorama para el comercio exterior industrial se vuelve aún más exigente.
Aunque el costo logístico no es el principal componente en la estructura de gastos empresariales, su impacto es decisivo en la competitividad de las exportaciones. La encuesta de la UIA indica que, dentro del 30,4% de empresas que señalaron el aumento de costos como principal preocupación, un 6,1% identificó el costo logístico como el más relevante, superando a materias primas importadas y servicios financieros.
En este sentido, la logística actúa como un freno silencioso para las exportaciones industriales, especialmente para las PyMEs, que a menudo carecen de economías de escala y acceso fluido a infraestructura multimodal. La combinación de fletes elevados, infraestructura insuficiente y barreras burocráticas termina por desalentar la proyección internacional de muchas firmas.
El informe también advierte que un tercio de las empresas exportadoras enfrenta aranceles en destino, y el 6% de ellas fue afectado por cambios recientes en esos tributos. Esta dinámica, junto a los derechos de exportación internos que afectan al 30% de las firmas, acentúa la necesidad de repensar el rol del Estado en la facilitación del comercio y la logística internacional.
Desde una perspectiva territorial, las empresas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y la región Centro fueron las más afectadas en ventas internas y producción, lo que impacta también su capacidad exportadora. Las PyMEs resultaron más expuestas al deterioro general de la actividad logística, mientras que las grandes empresas mostraron mayor resiliencia. El índice de difusión del empleo se mantuvo negativo (-5,3 p.p.), reflejando dificultades para sostener el personal ante la caída de demanda y el aumento de costos.
A pesar de los obstáculos, un 56,8% de las empresas considera que es un buen momento para invertir en maquinaria y equipo, aunque esta percepción se reduce al 42,8% para inversiones en capital de trabajo o mejoras logísticas. Las expectativas también se moderaron: el optimismo sobre mejoras económicas a nivel país descendió del 68,4% al 64,3%, y a nivel sectorial, del 57,5% al 52,2%.
Redacción por DataPortuaria
Fuente: Movant Connection & Unión Industrial Argentina