

Con los primeros lotes ya implantados en el norte argentino, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca difundió su primera estimación para el trigo 2025/26, fijando la superficie proyectada en 6,9 millones de hectáreas. El dato implica un aumento del 6,2% respecto al ciclo previo, equivalente a unas 400.000 hectáreas adicionales, y posiciona a la próxima campaña como la de mayor área sembrada desde 2019/20.
Este escenario favorable está apoyado en una mejor oferta hídrica en los perfiles de suelo y en la continuidad del esquema de rebaja de retenciones que rige desde enero, y que se mantendrá más allá del 30 de junio tanto para trigo como para cebada.
En simultáneo, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires inició el monitoreo de campaña a través de su Panorama Agrícola Semanal (PAS), informando un avance de siembra del 3,4% y proyectando un total de 6,7 millones de hectáreas. Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario maneja la previsión más optimista: 7,2 millones de hectáreas.
Pese a las diferencias, tanto Agricultura como la Bolsa porteña coinciden en estimar un crecimiento interanual cercano al 6,3%.
El PAS señala que los principales progresos se concentran en el noroeste del área agrícola, aunque algunas zonas presentan humedad limitada. Sin embargo, el panorama no es uniforme: las inundaciones recientes y el retraso en la cosecha gruesa complican las labores.
Según el relevamiento, las lluvias caídas en el centro-este y sur del área agrícola interrumpieron los primeros trabajos en las zonas núcleo y en la provincia de Buenos Aires. Como resultado, se registra una demora de 10 puntos porcentuales respecto al año pasado y de 4 puntos frente al promedio de las últimas cinco campañas.
Este exceso de humedad podría dificultar el acceso a los lotes, y en caso de prolongarse, derivar en un cambio de ciclos de siembra, optando por variedades intermedias o cortas.
En su informe, Agricultura atribuye la recuperación de superficie a las precipitaciones regulares desde fines de febrero, que permitieron recomponer la humedad edáfica en las zonas de mayor peso triguero. Además, si bien la cosecha gruesa aún no concluyó, ya se avanza en la preparación de lotes liberados.
Las primeras implantaciones comenzaron en Tucumán y Santiago del Estero, en departamentos como Jiménez, Pellegrini y Río Hondo. En el norte del país, las lluvias recientes fueron clave tras una larga sequía, aunque persiste una gran heterogeneidad hídrica.
La contracara del trigo es la cebada, que según Agricultura caería a 1,6 millones de hectáreas, un 5,9% menos que en 2024, con una pérdida de 100.000 hectáreas.
En Buenos Aires, que representa el 89% del total sembrado, la caída interanual estimada alcanza el 8%. Aun así, ya se registra una siembra inicial, tanto con destino a grano comercial en el sudoeste bonaerense, como para forraje o cobertura en provincias como Santiago del Estero, Santa Fe y Córdoba.
Redacción por DataPortuaria
Fuente: Favio Re - infocampo