

La temporada de langostino en aguas nacionales enfrenta un escenario límite, marcado por una creciente tensión entre gremios, cámaras empresarias y autoridades nacionales. La falta de acuerdos en torno al valor de referencia para el pago a tripulantes y la rentabilidad de la actividad ha llevado a la paralización casi total de la flota tangonera, dejando a la zafra 2025 en una cuenta regresiva crítica.
Desde febrero, los buques tangoneros congeladores anunciaron que no pescarían “al norte” debido al desfase entre el valor fijado de 5.800 USD por tonelada —usado como base para calcular los haberes de la marinería— y el precio real de comercialización, que genera pérdidas operativas. Mientras el gremio defiende un convenio colectivo vigente, las empresas sostienen que no pueden operar en condiciones de rentabilidad negativa.
Aunque el Consejo Federal Pesquero (CFP) habilitó la pesca el 17 de marzo tras informes del INIDEP, solo un barco zarpó: el resto de la flota permanece amarrada. La medida encontró eco en cinco cámaras de fresqueros, que también condicionan su participación a la modificación del plan de manejo.
El plazo para inscribir embarcaciones vence el 23 de mayo, y sin un mínimo de 20 buques (16 congeladores y 4 fresqueros) la prospección quedará anulada. Las empresas congeladoras reiteran que no participarán sin un ajuste del 30% en el valor de referencia. Por su parte, los fresqueros exigen cambios operativos, y algunas cámaras como ALFA y UdIPA ya se bajaron formalmente. Otros armadores independientes negocian valores similares a los de 2024, lejos del 35% extraoficialmente reclamado por los gremios.
Conarpesa no enviará fresqueros y mantendrá su planta cerrada, mientras recién arribó al país el nuevo buque Don Juan Álvarez, sin horizonte operativo inmediato. El diseño técnico de la prospección no permite margen de error: con menos barcos, el muestreo será inválido y se declarará desierta. La próxima reunión del CFP es el 28 de mayo, el mismo día previsto para el inicio de las operaciones.
El conflicto se da además en un contexto de conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Capital Humano a raíz de un paro del SOMU el 9 de mayo. Esta medida extiende la tregua hasta el 30, pero el tiempo corre.
El telón de fondo económico es igual de alarmante: el langostino ecuatoriano de cultivo (vannamei) gana terreno internacional, con una proyección de 1,5 millones de toneladas —más de siete veces la captura anual argentina—, mientras las plantas de Rawson y Puerto Madryn acumulan stock sin vender. En paralelo, muchos armadores extienden la temporada de calamar, hoy más rentable.
A pesar de que el calendario está definido y los informes técnicos listos, la actividad permanece paralizada. Sin interlocutores eficaces ni consensos a la vista, la zafra 2025 se encuentra a un paso de la cancelación, amenazando seriamente la viabilidad económica, laboral y social del modelo pesquero argentino.
Redacción por DataPortuaria
Fuente: Antonella - Pescare