jueves 01 de mayo de 2025 - Edición Nº1705

Internacionales | 30 abr 2025

Tensiones globales y logística agroindustrial

Cargill advierte que sus inversiones en el procesamiento de soja en Brasil están bajo amenaza por la guerra comercial

La creciente demanda china por soja brasileña, en medio de un entorno arancelario incierto, podría comprometer los planes de expansión industrial de la multinacional.


Un negocio impulsado por la exportación, pero en tensión



En el marco de la prolongada guerra comercial entre Estados Unidos y China, Brasil se ha posicionado como un actor importante en el suministro global de soja. Este nuevo equilibrio geopolítico ha beneficiado al país sudamericano como proveedor privilegiado de la oleaginosa al gigante asiático, desplazando parcialmente a EE. UU. como socio comercial.

 

Cargill compra 50% de acciones restantes en brasileña SJC Bioenergía -  Dinero HN

 

Sin embargo, no todo el complejo agroindustrial celebra esta bonanza exportadora. Según advirtió Paulo Sousa, presidente de Cargill Brasil, la mayor demanda internacional por el grano ha incrementado la competencia interna por su adquisición, lo cual representa un obstáculo directo para los planes de la compañía en materia de agregado de valor.

“Siempre analizamos nuestras inversiones, pero necesitamos ver si estos aranceles desfavorables para el procesamiento de soja brasileña continuarán. De ser así, tendríamos que reconsiderar la situación”, indicó Sousa, marcando una postura de cautela ante el escenario global.

 

 

Caída en las ganancias: el impacto financiero de 2024



El contexto comercial adverso se sumó a un panorama financiero complicado. Durante 2024, Cargill Brasil registró una pérdida contable de US$275,3 millones, lo que contrasta con la ganancia de más de 442 millones de reales obtenida en 2023. Las causas principales, de acuerdo con la empresa, fueron la apreciación del dólar —que incrementó el valor de su deuda en moneda local— y las fluctuaciones en los precios de los cultivos.

Los ingresos totales provenientes de Brasil disminuyeron un 14%, alcanzando los 109.200 millones de reales. Esta merma estuvo vinculada a una caída del 12% en el volumen de productos enviados, resultado de pérdidas de cosechas ocasionadas por condiciones climáticas desfavorables en distintas regiones productivas del país.

 

 

Proyectos industriales amenazados por la volatilidad



Pese al panorama adverso, Cargill ha mantenido en los últimos años una agresiva política de expansión industrial en Brasil. En 2023, invirtió fuertemente en la compra de tres plantas de trituración de soja, instalaciones de biodiésel y cuatro centros de almacenamiento, todos activos anteriormente pertenecientes a la empresa procesadora Granol.

En 2024, la compañía destinó US$30 millones a la mejora de estas instalaciones, y avanzó con la construcción de una nueva terminal de granos para exportación en los puertos amazónicos, con el objetivo de ampliar su capacidad logística y aprovechar las rutas fluviales del norte.

Para 2025, Cargill proyecta una inversión de entre US$265 y US$352 millones. Esta nueva etapa contempla el aumento de la producción de biodiésel y harina de soja, la expansión de su flota de barcazas y el fortalecimiento de su red logística portuaria.

“Queremos ampliar nuestro acceso a terminales portuarias en Brasil, tanto mediante operaciones propias como a través de empresas conjuntas o concesiones públicas. Incluso estamos analizando iniciar algunos proyectos greenfield desde cero”, afirmó Sousa.

 

 

Biocombustibles: oportunidad con riesgos


Si bien la administración Trump evalúa medidas para fomentar el consumo de biocombustibles, lo que podría mejorar los márgenes del sector agroindustrial en 2025, Cargill no oculta su preocupación. La posible continuidad de los aranceles impuestos por China a la soja procesada —como parte de las represalias comerciales contra Estados Unidos— podría limitar los beneficios para los productores brasileños que apuestan al procesamiento local.

Este panorama obliga a una doble lectura: por un lado, Brasil se consolida como proveedor de grano en estado natural; por otro, esa misma presión externa limita el desarrollo de su industria de transformación.

“El desafío no está sólo en producir más, sino en garantizar un entorno económico que permita agregar valor dentro del país”, concluyó Sousa.


Redacción por DataPortuaria
Fuente: MundoMaritimo

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